Con el incremento de las temperaturas y más de 750 mil casos en la Argentina hasta el momento, el Aedes aegypti continúa expandiéndose en nuevas zonas urbanas. Cuáles son los aspectos esenciales que se deben considerar para evitar contagios y su propagación.
Hasta el momento, en 2024 se registraron 758.270 casos de dengue en Argentina, con alta incidencia en áreas urbanas. El mosquito Aedes aegypti prolifera en agua estancada, facilitado por las recientes tormentas y el aumento de las temperaturas. Investigaciones indican que la contaminación lumínica urbana aumenta su actividad, incrementando el riesgo de transmisión.
Lo esencial: con 758.270 casos de dengue reportados en Argentina durante 2024 y hasta el 12 de octubre, el país enfrenta una alta tasa de contagio impulsada por el mosquito Aedes aegypti. Este vector prospera en áreas urbanas con agua estancada en charcos y recipientes, y se ve favorecido por el aumento de temperaturas y las lluvias recientes. La bióloga Laura Harburguer, del CONICET, detalló que el ciclo de reproducción del mosquito se acelera con el calor, completando etapas en solo 7-10 días. Además, un estudio de la Universidad Estatal de Ohio sugiere que la luz artificial urbana alarga su horario de actividad, exponiendo a la población a mayores riesgos de contagio.
Por qué importa: la expansión del dengue y del mosquito Aedes aegypti representa un desafío crítico para la salud pública, exacerbado por el cambio climático y condiciones urbanas favorables.
El mosquito Aedes aegypti es un insecto que tiene un impacto considerable en la salud pública. Este mosquito es conocido por ser el principal vector del dengue, cuya incidencia en la Argentina es alta, con 758.270 casos de dengue reportados durante 2024, hasta el 12 de octubre
Su capacidad para prosperar en áreas urbanas con agua estancada en charcos, neumáticos viejos y recipientes abiertos, facilita su reproducción y la transmisión de la enfermedad. Además, el incremento en las temperaturas, combinado con las tormentas que tuvieron lugar en múltiples regiones del país en los últimos días, crearon el escenario óptimo para que estos insectos proliferen y aumenten sus niveles de actividad luego del invierno.
En los meses más cálidos del año es importante tener en cuenta las principales características, tanto del mosquito como de la enfermedad, para prevenir los contagios y la propagación de la afección en todo el país.
1. ¿Cuál es el ciclo de reproducción del mosquito Aedes aegypti?
El ciclo de reproducción del mosquito comienza cuando la hembra busca agua estancada para depositar sus huevos. Después de la fecundación, estos se adhieren a las superficies húmedas y pueden resistir en entornos adversos durante varios meses.
Cuando las condiciones son óptimas, los huevos eclosionan y las larvas emergen. Estas se desarrollan en el agua durante aproximadamente una semana antes de convertirse en pupas.
Finalmente, las pupas se transforman en mosquitos adultos. Todo el proceso puede completarse entre 7 y 10 días, lo que permite que las poblaciones crezcan rápidamente y aumenta el riesgo de propagación del dengue.
Una característica fundamental es la resistencia de las larvas y huevos, que pueden sobrevivir en condiciones poco favorables. Los huevos depositados en agua pueden soportar el frío hasta que las temperaturas vuelvan a subir, lo que les permite eclosionar más adelante. Las larvas, por su parte, aunque reducen su ritmo de desarrollo, no mueren de inmediato. Por eso, al aumentar las temperaturas, las poblaciones de mosquitos vuelven a proliferar y a mantener niveles altos de actividad.
“Si normalmente desde que nace la larva hasta llegar al adulto, tarda entre unos 7 a 10 días, cuando las temperaturas bajan significativamente puede llegar a tardar más del doble entre 20 días y hasta un mes en completar esa etapa de su desarrollo”, comentó en una nota de Infobae la bióloga Laura Harburguer, investigadora del Conicet en la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégico para la Defensa (UNIDEF).
2. ¿Cuáles son las condiciones necesarias para su actividad?
Las condiciones ideales para la actividad del Aedes aegypti incluyen temperaturas cálidas, típicamente entre 23 y 29 °C, y la presencia de agua estancada, donde las hembras pueden depositar sus huevos. Esto se suele hallar en recipientes, macetas, y pozos que se encuentran en los alrededores del hogar y pueden acumular agua de lluvia luego de las tormentas.
Los mosquitos se sienten atraídos por áreas sombreadas y con alta humedad, lo que favorece su supervivencia y reproducción. Además, los espacios urbanos con una alta densidad de personas y residuos que acumulan agua proporcionan un entorno propicio para su proliferación.
El cambio climático facilitó que el insecto se expanda hacia zonas que antes estaban fuera de su alcance. Con el aumento global de las temperaturas, Aedes aegypti llegó a nuevas áreas de Argentina que registraron casos autóctonos por primera vez.
Esta propagación se debe tanto a la prolongación de la temporada de altas temperaturas como a las condiciones cada vez más favorables para su reproducción en zonas donde antiguamente no sobrevivía.
Un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad Estatal de Ohio reveló que la luz artificial en ciudades afecta el comportamiento de los mosquitos, al prolongar su actividad y permitirles picar también durante la noche. Esto aumenta la exposición de las personas a infecciones virales. En la investigación explican que la contaminación lumínica altera el ritmo circadiano del insecto, y extiende sus horarios de actividad habituales al “engañar” su reloj biológico, lo cual le permite mantenerse en movimiento más allá de las horas de luz natural.
3. ¿Cuáles son los serotipos de dengue?
Existen cuatro serotipos del virus del dengue, conocidos como DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4. Pueden causar síntomas similares, que van desde fiebre leve hasta formas más graves de la enfermedad, como el dengue hemorrágico.
“La infección por uno de ellos proporciona inmunidad a largo plazo contra el serotipo en cuestión e inmunidad transitoria contra los demás serotipos, y las infecciones secundarias por serotipos distintos aumentan el riesgo de sufrir síntomas graves”, explican desde la OMS. La coexistencia de múltiples serotipos en áreas endémicas contribuye a la complejidad del control del dengue. La vigilancia epidemiológica es esencial para identificar la circulación de los diferentes patógenos e implementar las estrategias de prevención adecuadas.
En la Argentina, además de la circulación predominante de los serotipos DENV-1 y DENV-2, también se han registrado casos aislados de DENV-3, aunque en una incidencia muy baja en comparación con los otros dos. El serotipo 1, asociado históricamente a grandes brotes en el país, es aún relevante en varias jurisdicciones, mientras que el DENV-2, introducido recientemente como Genotipo II-Cosmopolita, amplió su alcance en el territorio nacional, superándolo en frecuencia. La presencia de estos tres serotipos en circulación, y su coexistencia en algunas zonas, representa un cambio respecto a años anteriores.
A esta situación se suma la reciente detección de un caso importado de DENV-4, lo cual ha generado preocupación entre los expertos, dado el potencial riesgo que implica la interacción de este nuevo serotipo con los ya presentes. La posibilidad de infecciones secundarias eleva el riesgo de dengue grave, lo que impulsa la necesidad de un monitoreo cercano y estrategias actualizadas de control para prevenir complicaciones en la salud pública del país.
4. ¿Cómo prevenir el desarrollo de los mosquitos y los contagios?
El control del dengue en la Argentina requiere un enfoque integral en la prevención. Las medidas recomendadas se centran en reducir los sitios de reproducción del mosquito y proteger a las personas de sus picaduras:
- Eliminación de criaderos: como el mosquito se reproduce en agua estancada, es fundamental eliminar cualquier recipiente que pueda acumularla. Desde objetos grandes como cubiertas de neumáticos y baldes hasta pequeños platos bajo macetas, todos deben vaciarse, cubrirse o voltearse. También se deben destapar canaletas y desagües, y limpiar y cambiar el agua de los bebederos de animales con regularidad.
- Protección personal: el uso de repelentes es una medida eficaz. Es importante reaplicarlo según las recomendaciones del envase. Además, se aconseja vestir ropa que cubra la mayor parte del cuerpo y optar por colores claros, que son menos atractivos para los mosquitos.
- Mosquiteros en puertas y ventanas: para minimizar la entrada de mosquitos a los hogares, las puertas y ventanas pueden ser equipadas con mosquiteros. Estos deben revisarse regularmente para asegurarse de que no tengan agujeros o desgastes que permitan el paso del insecto.
- Concienciación y participación de la comunidad: las campañas de visibilización son fundamentales para informar a la población sobre el ciclo de vida del mosquito, las zonas de riesgo y las formas de protección. Iniciativas de colaboración entre gobiernos locales, instituciones de salud y vecinos son clave para implementar estas medidas de manera sostenida, especialmente en áreas con alta densidad de población.
Por Camila Caruso (Infobae)