Por Lic. Eduardo Rivas* – Cuando se lanzó a la carrera por la candidatura republicana, era el candidato pintoresco del que todos se mofaban y pocos creían que podía llegar a convertirse en el representante del principal partido opositor para las elecciones de 2016. Sin embargo, poco a poco fue ganando Estados y perdiendo competidores, y finalmente se convirtió en el candidato republicano a la Presidencia de la Nación.
Cuando quedaron conformadas las fórmulas presidenciales que competirían para estar al frente de la Presidencia de los Estados Unidos durante el período 2017-2021, pocos creían que pudiera desplazar a los demócratas de la Casa Blanca y batir a la representante de una de las familias políticas más importante de los últimos años en el país del norte, Hillary Clinton, y sin embargo se alzó con la primer magistratura a partir de realizar una campaña inteligente que privilegió delegados al Colegio Electoral que electores.
Llegó enero de 2017 y Donald Trump es el Presidente de la principal potencia militar y económica del planeta.
El excéntrico empresario al que Los Simpsons parodiaban años atrás, planteando como un posible y no deseable escenario futuro su acceso al Salón Oval como inquilino temporal hizo realidad los pronósticos más impensados y menos deseados, se convirtió el 20 de enero en el 45° Presidente de los Estados Unidos.
Se ciernen sobre él, y a su vez él colabora en que así sea, pronósticos de los más oscuros sobre el futuro de su país y del mundo…
¿Hará realidad Donald Trump los temores que hay sobre su accionar? ¿Llevará adelante sus promesas de campaña y sus anuncios tras haberse consagrado como Presidente electo?
Por lo pronto, los ciudadanos no estadounidenses tenemos desde el viernes un motivo más para preocuparnos. No porque antes Estados Unidos no generara temores por su accionar, de hecho los 8 años de Gobierno Obama fueron 8 años de guerra en diversos sitios del mundo, pero a diferencia del nuevo gobernante, el ex Presidente Obama parece un moderado.
Dice el dicho popular que ‘otro vendrá que bueno me hará’, y a la luz de lo visto hasta ahora, aún con falencias y promesas incumplidas, comienza a engrandecerse la figura del primer presidente afroamericano de la historia estadounidense.
Los próximos cuatro años demostrarán si se hará aún más grande o no, demostrarán si las sospechas sobre el nuevo Presidente eran infundadas o si, por el contrario, no eran sólo desconfianzas por lo desconocido, al fin y al cabo Trump es un outsider de la política partidaria tradicional estadounidense, sino el preanuncio de lo que estaba por venir.
Temas candentes de resolución como el terrorismo internacional, la inmigración o el calentamiento global requieren de políticas a largo plazo que la nueva gestión parece querer modificar… dará el paso entonces el Trump político para buscar soluciones a estos flagelos o seguirá adelante el Trump showman.
Ya no alcanzan los tweets para hacer política, llegó el momento de la política en serio… ¿dará la talla Donald Trump?
* Licenciado en Ciencia Política | [email protected] | @eduardorivas07