¿De quien era la plaza?

Por Ricardo Bustos – A nadie le hubiera pasado por su cabeza comprobar que una enorme cantidad de ciudadanos, sin banderas políticas, bombos o caras tapadas con palos, llenó con su presencia la Plaza de Mayo, con banderas argentinas y algún pequeño cartel que hacía alusión a los enojos individuales de los participantes, pero por sobre todas las cosas en defensa de la Democracia y con absoluto respeto.

Cuando el argumento para sostener una mentira se termina, de inmediato surge la iniciativa de los adversarios que, “pacientemente”, van ocupando lugares que dejan libres por propia iniciativa los que no han sabido defender en la práctica aquello que tanto pregonaban con las palabras “marchas, piquetes, manifestaciones, paros y agresiones verbales”,  hacia quienes piensan de diferente manera sobre el mejor destino para el país.

El reconocido cineasta Juan José Campanella, escribía hoy en las redes sociales… “Esta histórica marcha no hubiera sido posible sin las motivadoras palabras de Hebe, Baradel, Daer, CFK y tantos otros. ¡A ellos, GRACIAS!”.

Sin el menor ánimo de politizar la presente reflexión, no podemos negar que sus palabras fueron acertadas, habida cuenta de los acontecimientos que protagonizaron en los últimos días, muchos dirigentes políticos y sindicales tratando de imponer su ideología de barro a una ciudadanía que ya les ha demostrado hasta el hartazgo, su voluntad de respetar las normas de la Constitución y por ende la Democracia.

La pregunta de rigor de algún resentido militante oficialista podría ser y con justa razón, teniendo en cuenta a los miles de argentinos que, autoconvocados, sin choripán, colectivos o vales por $$ se dieron cita en la histórica plaza de mayo y otros lugares a lo largo y ancho de la nación…¿Y de quien era la plaza?.  Obviamente, al final es el pueblo el que ocupa esos lugares y lo único que cambia es en cierta medida la tendencia ideológica o las ganas de defender a un modelo por un lado y a la Democracia en su conjunto, aunque en los últimos días la duda se adueñó de muchos que comenzaron a desconfiar sobre el propósito de los reclamos públicos.

Lo insólito de esta manifestación espontánea de millones de ciudadanos en todo el país, es que le está demostrando al gobierno del presidente Macri que, habiendo aumentado ayer nomás el precio de la factura de gas y el litro de nafta a partir de hoy, no ha perdido apoyo su gestión y quienes lo han votado, sostienen con energía el programa económico oficial a pesar de los problemas que está trayendo a los bolsillos del ciudadano de a pie.

Atrás irán quedando las peleas callejeras porque después de esta muestra de apoyo hacia un gobierno que no la está pasando bien, han llegado a dar apoyo a una gestión que aún no sabemos como será su destino, pero la mayoría de quienes apoyan hoy, están convencidos que es mejor “esto” que los 12 años vividos  con anterioridad.

El mérito es de la gente y de nadie mas. No se han visto políticos mostrando sus rostros y es lo mejor que pudo ocurrir porque de lo contrario se hubiera roto el encanto de una nueva ilusión.

El “ser” argentino, ha permanecido durante muchos años extraviado y necesitaba reencontrarse con sus pares, por ello, este baño de rostros desconocidos buscándose en los otros, aumenta la posibilidad de alejar el fantasma que nos llevaba de los pelos hacia una nueva Venezuela, con las consecuencias que a ninguno se le ocurriría imaginar por lo catastrófico que podría resultar, no solo para Argentina sino también para toda nuestra América, castigada por muchos gobiernos populistas.

Después de este 1º de abril muchos de los gordos dirigentes sindicales que amenazaron a los ciudadanos con detener el país, continuar con los paros y dejar a los niños fuera de las Escuelas, pidiendo aumentos que jamás y con mucho mayor inflación que la presente, le hubieran reclamado a la ex casi reina, la misma que los tuvo como felpudos aplaudiendo todas las veces que se le antojó llevarlos casi por la fuerza a los salones de la casa rosada cada día con su insoportable cadena nacional de mentiras.

Ahora deberán barajar y dar de nuevo porque siete meses pasan volando, octubre viene ligero y las estructuras políticas sólidas no se pueden “armar” en una semana y mucho menos con esas caras gastadas que solo restarán

votos que en el mejor de los casos serán de sus propios riñones. El éxodo no se puede detener y solo resta esperar para comprobar con nuestros propios ojos cual será el final de esta nefasta dirigencia corrupta, millonaria y altanera. El tiempo de los barra bravas en las calles, seguramente irá llegando a su fin y el sol saldrá nuevamente para todos los argentinos de buena voluntad…en síntesis…la mayoría.

PD. En la marcha autoconvocada que apoyó al Presidente, también hubo muchos Docentes. (teléfono para CTERA y sus socios provinciales).

*Locutor Nacional  – Comunicador