Investigadores del Instituto de Patología Vegetal (Ipave) hallaron una nueva virosis en lotes de girasol, identificada como “anillos irregulares del girasol”. Sin precedentes en el mundo, este descubrimiento permitirá avanzar en estudios sobre los efectos que tendría en los rindes del cultivo y si es capaz de afectar a otros de importancia agrícola. Dado que no existe información sobre su comportamiento para la toma de decisiones, recomiendan monitoreo permanente de los lotes. El estudio fue recientemente publicado en la revista Archives of Virology.
“Estamos frente a una enfermedad totalmente desconocida para nosotros”, señaló Fabián Giolitti, especialista en epidemiología de enfermedades virales del Ipave, y agregó: “No hay menciones ni antecedentes en el mundo de una virosis con estas características”.
Giolitti aseguró que se trata de un virus del género Potyvirus, cuya principal característica es que son alagados y se propagan frecuentemente por insectos que se alimentan de savia, como los áfidos o pulgones.
Casi de casualidad, el equipo coordinado por Giolitti descubrió síntomas que no habían visto antes y no coincidían con otros conocidos. “Lo encontramos por primera vez en 2012, mientras realizábamos muestreos en lotes de girasol en floración, ubicados en la provincia del Chaco”, recordó y confirmó: “Cuando nos dimos cuenta que estábamos frente a un descubrimiento, iniciamos la gestión en el Comité Internacional de Taxonomía de Virus para ponerle nombre”.
“Este hallazgo nos va a permitir desarrollar herramientas para su diagnóstico y avanzar en estudios sobre su variabilidad genética, su evolución y la información necesaria para establecer posibles estrategias de control”, reflexionó Giolitti.
“En girasol tenemos identificadas cuatro virosis diferentes, tres de este mismo grupo”, expresó el investigador quien aseguró: “Los virus de las plantas que pertenecen a este grupo, a menudo solo causan una pérdida de producción, y no es económicamente viable intentar controlarlos debido a que se trasladan rápidamente de los ejemplares enfermos a los sanos”.
Debido a que tienen una gran capacidad de diseminación, los controles químicos son poco efectivos. “El pulgón es más rápido en transmitir el virus que el producto en matarlo”, explicó Giolitti y recomendó: “Frente a esta situación, el consejo es el monitoreo permanente de los lotes y la incorporación de cultivares tolerantes o resistentes”.
“Una vez que la planta se enfermó con un virus no tiene cura, la clave está en la prevención”, aseguró el investigador del Ipave.