El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires realizó la primera encuesta destinada a conocer el perfil del veterinario bonaerense y obtener estadísticas reales sobre sus ámbitos de trabajo. EL DEBATE felicita a todos los profesionales de la salud publica animal en su día.
Actualmente el Colegio cuenta con casi nueve mil matriculados activos, distribuidos en toda la provincia de Buenos Aires y divididos en 14 distritos. Esto significa que nuclea a la mayor cantidad de veterinarios del país y se encuentra como líder en la promoción de políticas para el sector.
En el desglose de los resultados, del total de respuestas obtenidas se desprende que el 73,7% de los veterinarios se desempeñan en el ámbito privado, 8,2% en el público y que el 18,1% trabajan en ambos sectores, tratándose en la mayoría de los casos de profesionales que realizan más de una tarea o combinan, por ejemplo, docencia y actividad privada como medio de vida.
Dentro del ámbito privado, se destaca que más del 60% de los veterinarios trabajan con pequeños animales y un tercio de ellos posee alguna especialización, siendo anestesiología, cirugía o diagnóstico por imágenes las más comunes; también se incluyen otras como terapia cannábica, homeopatía, terapia neural, nutrición, ozonoterapia o kinesiología, aspectos que marcan también una gran evolución de la profesión y su búsqueda de una formación de excelencia.
En lo que respecta al ámbito público se destaca que quienes se desempeñan en este sector mayormente tienen entre 46 y 55 años, y solo menos del 10% se ubica por debajo de los 35 años, un dato que puede entenderse a partir de la dificultad que tienen hoy los matriculados más jóvenes para insertarse en el sector. Esto también ocurre en el ámbito privado, donde el porcentaje de menores de 35 años es del 18% y el mayor volumen de profesionales se concentra entre los 36 y 45 años, acaparando al 27,6% de los trabajadores de todo el sector.
Está claro que la veterinaria es una profesión en una evolución constante, no sólo por el mayor reconocimiento que están obteniendo los profesionales, sino también por el grado de especialización alcanzado. Esta transformación debe ser acompañada con gestiones y políticas acordes para que el veterinario realmente pueda posicionarse como el agente de salud pública que es.
Para eso, el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires actualmente se encuentra atravesando un proceso de actualización en su ley orgánica, que incluye modificaciones en cuestiones vinculadas a la definición y ampliación de las incumbencias profesionales de los veterinarios, a la normativa sobre maltrato animal, y en la promoción de prácticas sustentables y respetuosas del medio ambiente.