Cada año causa 10 mil fallecimientos y su incidencia viene creciendo en la población femenina. Como el tabaquismo es el principal factor de riesgo, los expertos remarcan la importancia de dejar de fumar y promover la prevención desde la adolescencia. Los síntomas de la enfermedad y los avances en tratamientos de precisión e inmunoterapia.

El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer a nivel global y en América Latina, representando el 12% de todos los fallecimientos por esta enfermedad, según la OMS (Imagen Ilustrativa Infobae)

El tiempo es un factor clave en el abordaje de todos los tipos de tumores. El riesgo aumenta con la edad y también con la acumulación de calendarios sosteniendo malos hábitos que favorecen su aparición. El cáncer de pulmón es un caso testigo: a más años de fumador y en mayor cantidad, más alta es la probabilidad de que se desarrolle. Pero el reloj también puede jugar a favor. En primer lugar, porque se puede detener de antemano con campañas de prevención, especialmente enfocadas en adolescentes. Pero además, para quienes ya tienen el vicio, cuánto antes se deje el cigarrillo, mejores chances hay de iniciar el proceso para reducir ese riesgo elevado.

“El 84% de los cánceres de pulmón tiene antecedentes de tabaquismo. Si bien los que fumaron 10 o más cigarrillos por día durante 15 o 20 años tienen mayor riesgo, los que no fuman diariamente y solo consumieron 6 o 10 cigarrillos por mes tienen mayor riesgo que los que nunca lo hicieron. Por esto todos los fumadores tienen que dejar de fumar independientemente de la frecuencia con que lo hacen”, plantea el doctor José Luis Morero (MN 52120), jefe de la sección Neumonología y Coordinador del Programa de Detección Precoz de Cáncer de Pulmón del Instituto Alexander Fleming (IAF). El neumonólogo suma un dato que puede ser un incentivo para buscar opciones para dejar el cigarrillo cuanto antes. “El riesgo disminuye después de 10 o 15 años de haber dejado de fumar”, detalla.

En la Argentina, el cáncer de pulmón es el tumor que más muertes causa (10 mil por año, según datos del Instituto Nacional del Cáncer) y muestra una creciente incidencia entre las mujeres. “Para los hombres, la tasa de incidencia ha mostrado una ligera disminución, lo que se puede atribuir a varios factores como el menor consumo de tabaco a partir de las campañas de concientización y las políticas de control del tabaco, y a mejoras en la detección y el acceso a tratamientos. Sin embargo, en las mujeres la incidencia ha aumentado, probablemente vinculada a un crecimiento del hábito tabáquico en las últimas décadas”, señala la oncóloga Florencia Tsou (MN 128323), miembro del staff de Oncología Torácica del IAF, en base a las tendencias que se perciben al analizar los 13.000 nuevos casos que se diagnostican cada año en el país.

Todo esto impulsa la necesidad de abordar en forma temprana los factores de riesgo asociados a la enfermedad. En el Día Internacional del Cáncer de Pulmón, que se conmemora este 17 de noviembre, las campañas y políticas de prevención tienen un lugar preponderante. “Desde nuestro lugar, es fundamental resaltar la enorme importancia de educar a la población, enfocándonos especialmente en los adolescentes para prevenir el inicio del hábito de fumar”, destaca oncóloga clínica Delfina Peralta Tanco (MN 150122), también miembro del Staff de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming.

Señales de alerta y detección temprana

La detección en estadios tempranos es vital en medicina oncológica y más aún cuando se trata de cáncer de pulmón, ya que el tamaño del tumor y si está diseminado o no definen el pronóstico de la enfermedad. “Cuanto más pequeño sea y aun no haya tenido compromiso de los ganglios linfáticos, especialmente los ubicados en el mediastino, mayor es la posibilidad de cura y menor es el riesgo de recaída de la enfermedad una vez operada. Por ejemplo, habiendo resecado un tumor de pulmón de hasta 1 cm, la probabilidad de supervivencia a 5 años es del 94%. Además, cuanto más pequeño sea, menos complicaciones puede haber en el tratamiento quirúrgico y es menor la probabilidad de que el paciente necesite realizar algún tratamiento adyuvante posterior a la cirugía”, explica Diego Enrico (MN 144531), médico oncólogo del Área de Tumores de Tórax del Instituto Alexander Fleming.

Los síntomas más frecuentes son tos sola o con sangre  (conocida como hemoptisis), falta de aire, pérdida de peso o dolor torácico. Pero no son los únicos. “En algunos pacientes el diagnóstico se hace por un hallazgo en una radiografía o tomografía. Sin embargo, ni las imágenes ni los síntomas son exclusivos del cáncer de pulmón. Ante un paciente con estas características los médicos siempre descartamos otras causas como enfermedades infecciosas, inflamatorias u otras neoplasias”, aclara la oncóloga Carmen Pupareli (MN 101212), miembro del equipo del IAF.

La doctora Delfina Peralta Tanco especifica que, como muchas veces no hay síntomas iniciales, la principal herramienta de detección es la tomografía computarizada de baja dosis (TCBD), que permite identificar cambios o lesiones pequeñas en el tejido pulmonar. “Esta estrategia está respaldada por diversos estudios, incluyendo el National Lung Screening Trial (NLST) en Estados Unidos y el Nelson Trial en Europa. Ambos fueron realizados en poblaciones de alto riesgo y se demostró una reducción de la mortalidad por cáncer de pulmón del 20%”, cuenta.

“Es importante aclarar que esta estrategia de detección temprana no está dirigida a toda la población, sino que es una herramienta selectiva para personas con factores de riesgo específicos (como tabaquismo, enfisema, fibrosis pulmonar, entre otros). Se recomienda realizarlo una vez al año. Su implementación debe ir acompañada de un seguimiento adecuado y de programas para dejar de fumar”, amplía la experta del IAF.

Hay 2 millones de nuevos casos de cáncer de pulmón y 1,8 millón de muertes en el mundo cada año (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los cigarrillos electrónicos y el riesgo del radón

En los últimos años, se puso de moda el vapeo como una alternativa para dejar el cigarrillo. Sin embargo, los expertos lo desaconsejan. “Los cigarrillos electrónicos y los vapeadores mostraron ser menos eficaces que las estrategias habituales de cesación tabáquica tales como las entrevistas, reemplazo de nicotina y medicamentos (como vareniciclina, antidepresivos, bupropium, benzodiacepinas). Por otra parte se han registrado internaciones por cuadros pulmonares graves y mortalidad asociados al vapeo de sustancias toxicas”, advierte el doctor Morero.

Si bien el tabaquismo en el principal factor de riesgo, existen otros elementos que puede favorecer el desarrollo de la enfermedad. “En los no fumadores se ha asociado el cáncer de pulmón al radón. Es un gas inerte presente en la corteza terrestre, que es incoloro e inodoro y puede acumularse especialmente en sótanos. No existen en Argentina mediciones exhaustivas de su presencia. Una conducta preventiva es tener los domicilios y ámbitos laborales ventilados. La polución ambiental también es considerada un factor que aumenta la incidencia de cáncer pulmonar”, explica el doctor Claudio Martin (MN 82958), jefe de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming.

Avances en tratamientos

El doctor Martin también destaca que los tratamientos contra el cáncer de pulmón “han evolucionado fantásticamente en los últimos años, y que hoy permiten que más pacientes se curen o controlen su enfermedad por años, hasta volverla crónica. Las terapias de precisión y la inmunoterapia son los dos campos en los que hubo mayores avances”.

“Las primeras permiten que cada paciente sea investigado para descubrir cuál es el mecanismo genético que permite  crecer y desarrollarse al tumor en su organismo. En casi el 40% de los casos son detectados y con una terapia de precisión dirigida es posible controlar el tumor por tiempo prolongado”, detalla el experto.

También los anticuerpos conjugados con drogas son una promesa concreta que está en fase de estudios clínicos internacionales, de los cuales está participando el Fleming. Estas drogas de avanzada se unen a un receptor en la célula tumoral y llevan pegada la quimioterapia para dejarla directamente en la célula tumoral, a diferencia de la quimio tradicional que no está especialmente dirigida.

“La inmunoterapia, en tanto, permite que las propias defensas del organismo ataquen las células tumorales. Se puede usar sola o asociada a la quimioterapia. En este último año hubo avances importantes. Hasta ahora usábamos estas medicaciones cuando los tumores ya tenían metástasis. Sin embargo el uso de terapias dirigidas e inmunoterapias han mostrado mejorar los resultados cuando se utilizan antes o después de la cirugía o después de la radioterapia”, concluye el especialista del IAF, en el marco del Día Internacional del Cáncer de Pulmón.