Octubre es el mes de sensibilización sobre el cáncer de mama, enfermedad que afectará a 1 de 8 mujeres en algún momento de su vida, y este año el esfuerzo debe redoblarse ya que, en nuestro país, durante los meses de cuarentena por Covid-19, solo un 40% de las mujeres realizó sus controles mamarios, si se toma en cuenta los promedios de años anteriores.
Otro dato alarmante es la comparación de las cirugías efectuadas ya que, actualmente, según las estimaciones de la Sociedad Argentina de Mastología, se está operando sólo el 35% de los cánceres de mama que habitualmente se operan durante el mismo período.
“La pandemia no ha puesto en pausa las enfermedades no transmisibles, las mismas han continuado su desarrollo en cuarentena, con el agravante del sedentarismo, la escasa o nula exposición al sol con bajas de vitamina D, la mala alimentación, un significativo aumento del consumo de alcohol y tabaco, sumado a la inestabilidad emocional”. contextualiza el Dr. Luciano Cassab, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Mastología.
Para enfrentar el cáncer de mama, las mejores estrategias las dan los chequeos de rutina. El motivo es simple: permiten la detección de la enfermedad en sus estadíos iniciales, cuando existe un 95% de posibilidades de cura y se requieren tratamientos menos agresivos. Sin embargo, en el contexto de la pandemia del COVID-19, “comprobamos que únicamente un 40% de las pacientes realizó sus estudios mamarios de control”, puntualiza la médica cirujana mastóloga Gabriela Candás.
Sobre los efectos de esta situación, el Dr. Juan Luis Uriburu, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología, opina que “por temor al contagio o simplemente por la ausencia de síntomas, muchas mujeres postergaron sus estudios de control anual donde la mamografía es fundamental para la detección precoz. Seguramente en uno o dos años encontremos las lesiones que hoy no controlamos. Probablemente las veremos en estadíos más avanzados, necesiten tratamientos más intensivos y agresivos que los que indicaríamos ahora y -tal vez- disminuyan las probabilidades de cura”.
Chequeos 2020
La recomendación general, entonces, es que todas las mujeres retomen sus estudios de control mamario. “Es muy importante llegar al diagnóstico temprano, y para ello es imprescindible que las pacientes retomen sus controles de rutina y el seguimiento particular indicado por su médico”, enfatiza Uriburu y remarca que: “cada institución cuenta con protocolos para cuidar y brindar la mejor atención durante este momento tan difícil”.
Los turnos espaciados, la menor cantidad de pacientes en las consultas y los debidos recaudos de protección personal son las medidas primordiales. “Con los protocolos implementados, no habrá mayor riesgo que salir a caminar o hacer las compras en un supermercado”, destaca Uriburu.
“Al comienzo del confinamiento aconsejamos posponer los estudios de rutina y las cirugías que no fuesen oncológicas o urgentes. Nos enfrentábamos a una enfermedad sin precedentes y desconocíamos su alcance y virulencia. Los meses transcurrieron y sabemos que las enfermedades diferentes al COVID-19 siguen vigentes. Solo se postergaron los estudios de detección temprana, con el grave riesgo que esto significa. Por lo tanto, las sociedades médicas alentamos a retomar las consultas y acudir al médico ante cualquier dolencia no relacionada al coronavirus, ya que es la única forma de controlar la salud pública y mantener los avances logrados a través del diagnóstico precoz”, recomienda Cassab.
El chequeo mamario completo, edad por edad
- Antes de los 35 años, durante el control ginecológico anual se realizará el examen físico y, cuando el médico lo considere, se pedirá una ecografía mamaria, como primer estudio.
- En mujeres sin antecedentes ni síntomas, se indica una mamografía de base a los 35 años y anualmente, a partir de los 40. De acuerdo a las características personales, el mastólogo podrá considerar acompañarla de una ecografía.
- Cuando la mujer presenta síntomas o algún tipo de anormalidad en las mamas, puede ser necesario comenzar antes la rutina de estudios con imágenes o realizar un seguimiento más continuo.
- En caso de ser portadora de una mutación genética, se incorporará una resonancia magnética nuclear mamaria a los estudios de control.
- En mujeres con antecedentes de primer grado (madre, hermana o hija con cáncer de mama) se recomienda realizar el primer control diez años antes de la edad de detección del cáncer del familiar más cercano, que por lo general es a los 30 años.
Además, “si entre los controles la mujer nota cambios en sus mamas -tales como un bulto, una retracción, diferencias en la simetría, desviaciones del pezón, secreciones o alteraciones en la piel- deberá consultar con un especialista”, recomienda Cassab.
¡A todas nos puede tocar!
Otra de las situaciones que genera la atención de los médicos es que “aún con la disminución global en las consultas, las mujeres mayores de 60 años fueron quienes más se acercaron a realizar sus controles. Independientemente de sus antecedentes y siendo ellas, el grupo considerado de mayor riesgo en esta pandemia”, reflexiona Candás.
Según el Dr. Uriburu “esta realidad pone el foco sobre algunas ideas imprescindibles de remarcar”.
El cáncer de mama puede ocurrir a cualquier edad
Las estadísticas de las sociedades médicas indican que 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de la vida. El 50% es diagnosticada entre los 50 y 70 años; y un 10%, antes de los 40.
El diagnóstico temprano cambia las perspectivas
La incidencia del cáncer de mama se ha incrementado en todos los grupos etarios. Aunque, gracias al diagnóstico temprano, la mortalidad disminuyó en todos los casos. Además, en su estadío inicial las posibilidades de cura llegan al 95 por ciento.
No sólo es una cuestión de antecedentes familiares
Entre el 70 y 75% de los casos de cáncer de mama son esporádicos (es decir, sin un historial directo o con antecedentes aislados). Por otro lado, el cáncer hereditario representa menos del 10 por ciento de los casos. Con lo cual, no presentar antecedentes no es un motivo para saltear los controles.
Cabe recordar que: “ser mujer, cumplir años y tener antecedentes familiares de la enfermedad son factores de riesgo que no podemos modificar, pero llevar una vida sana, realizar actividad física regularmente, mantener una alimentación pobre en grasas, incorporar frutas y verduras a la dieta, disminuir el consumo de alcohol, abandonar el tabaco y evitar el sobrepeso, son pequeños cambios que sí podemos realizar a fin de disminuir el riesgo de cáncer de mama”, recomienda Uriburu.
“Es muy importante que las mujeres conozcan sus mamas, por ello durante octubre tambien se fomenta la realización del autoexamen, que si bien no reemplaza a los controles médicos, permite una rápida consulta al especialista ante la aparición inesperada de un nódulo o bulto, secreción de sangre por pezón, cambios en el color de la piel, enrojecimiento de la mama, alteraciones en la forma como retracciones u hoyuelos, aparición de ganglios en las axilas o cualquier otro signo fuera de lo común”, finaliza Cassab.