Hipertensión arterial, obesidad, dislipemia y diabetes son algunos de los factores de riesgo cardiovasculares que cada vez se ven más en la mujer en edad fértil. A qué hay que prestar atención y qué recomendaciones se pueden seguir.
“La enfermedad cardíaca materna se ha convertido en una gran amenaza para la maternidad segura y la salud cardiovascular a largo plazo de las mujeres”, advierte la doctora Analía Aquieri, médica de la División de Cardiología del Hospital de Clínicas “José de San Martín”. A modo de ejemplo, destaca que si a principios de la década de 1990 las enfermedades cardiovasculares en los Estados Unidos constituían el 3% de las muertes relacionadas con el embarazo, en 2019 esta cifra trepó al 26,5%.
En aquel país, la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en mujeres embarazadas y mujeres en el período posparto, y representan 4,23 muertes por cada 100.000 nacidos vivos, una tasa que casi duplica la del Reino Unido. En tanto, Argentina registró durante el año 2018 unas 257 muertes maternas, lo que representa una razón de mortalidad materna de 3,7 muertes cada 10.000 nacidos vivos. Del total de muertes maternas, 13% se produjeron por embarazo terminado en aborto, un 61% por causas obstétricas directas, y el 25% restante por causas obstétricas indirectas. “Las causas obstétricas indirectas son aquellas que se encontraban previas al embarazo, siendo las enfermedades cardiovasculares una de las más relevantes de este grupo”, explica Aquieri.
Siguiendo esta línea, precisa: “Si bien Estados Unidos no es igual que Argentina en cuanto a la calidad y estilo de vida, en nuestro país la obesidad, la hipertensión arterial y la falta de control de factores de riesgo son altísimos. Sabemos que si en el primer mundo las cosas van mal, en el nuestro van mucho peor. Los factores de riesgo y las complicaciones cardiovasculares están en aumento a nivel mundial, lo que sucede es que EEUU ya lo tiene plasmado en números y nosotros todavía no”.
En cuanto a las causas de este aumento de las afecciones cardíacas durante el embarazo, la especialista señala un marcado aumento de los factores de riesgo cardiovasculares en la mujer en edad fértil debido a que presentan más hipertensión arterial, mayor obesidad, dislipemia y diabetes. “La presencia de estos factores de riesgo cardiovasculares en la mujer en edad fértil la expone a un riesgo muy alto de presentar complicaciones durante el curso del embarazo, tales como los trastornos hipertensivos en el embarazo, diabetes gestacional, eventos cardiovasculares como el infarto, las arritmias y la insuficiencia cardiaca. A esto se le agrega la edad más avanzada de las mujeres que llegan al embarazo y las técnicas de fertilización asistidas, que también agregan riesgo en la mujer”, profundiza.
Si una mujer se embaraza sin hacerse controles de sus factores de riesgo cardiovasculares, corre el riesgo de padecer alguna complicación durante el curso del embarazo o puerperio, y hasta los 12 meses de postparto. Entre estas complicaciones se incluyen los trastornos hipertensivos del embarazo y, dentro de ellos, la Preeclampsia es unas de las causas de mayor mortalidad y morbilidad materno y fetal. La Preeclampsia es una enfermedad cuya prevalencia se encuentra en aumento a nivel mundial y le confiere a la madre y al neonato un aumento del riesgo cardiovascular a lo largo de sus vidas porque presentan mayor riesgo de infarto, accidente cerebrovascular, diabetes e hipertensión arterial.
Otras afecciones que pueden aparecer durante el curso del embarazo son la Diabetes gestacional, que lleva al aumento significativo de la posibilidad de diabetes en la madre luego del embarazo, mientras que la insuficiencia cardíaca y las arritmias son las complicaciones más frecuentes en una mujer que cursa un embarazo y es portadora de una cardiopatía congénita.
“De aquí la importancia de realizar controles clínicos cardiológicos en toda mujer en edad fértil, a fin de detectar posibles cardiopatías, control de los factores de riesgo cardiovasculares como los niveles de presión arterial (que deben ser menores a 140/90 mmHg), la glucemia, el peso corporal, el valor de colesterol. Hay que evaluar también su estilo de vida, si realiza actividad física de rutina, si su alimentación es saludable”, comenta Aquieri.
A su vez, resulta fundamental realizar la consulta pregestacional en todas las mujeres en edad fértil, ya que el embarazo es posiblemente la primera prueba de esfuerzo a la que se somete el corazón de la mujer. “Durante el embarazo, el corazón aumenta marcadamente su trabajo porque aumenta la frecuencia cardíaca, el volumen de sangre se duplica con respecto a una mujer no embarazada, y esto puede poner de manifiesto patologías cardíacas que eran desconocidas o que se encontraban asintomáticas. Tener el conocimiento previo de esta situación nos permite corregir los factores de riesgo, solucionar cardiopatías previas, ajustar la medicación autorizada para ser usada durante el embarazo y realizar consultas con los especialistas de ser necesario”, concluye.
Consejos para reducir los factores de riesgos cardiovasculares:
- Consultar al médico para hacerse el chequeo clínico.
- Tener una dieta saludable: rica en frutas y verduras.
- Dejar de fumar.
- No tomar alcohol durante el embarazo.
- Realizar ejercicio aeróbico de 30 min todos los días.
- Reducir el consumo de azúcar y sal.
- Mantener el peso adecuado.
- Controlar los valores de presión arterial, glucemia y el de colesterol.