Motivada por la violencia en los estadios y mantenida por conveniencia política, la presencia de hinchas rivales en los partidos salió de la agenda del fútbol y constituye hoy un hecho excepcional, ligado estrictamente a una oportunidad económica para algunos clubes. 

Comenzó como una medida transitoria pero se extendió en el tiempo hasta transformarse en una realidad sin horizonte de cambio: el fútbol argentino cumple este sábado una década sin hinchas visitantes en todas sus categorías de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Motivada por la violencia en los estadios y mantenida por conveniencia política, la presencia de hinchas rivales en los partidos salió de la agenda del fútbol y constituye hoy un hecho excepcional, ligado estrictamente a una oportunidad económica para algunos clubes.

Autoridades de seguridad y dirigentes del fútbol consultados por Télam aceptaron que el retorno de los visitantes a las canchas es una posibilidad lejana y condicionada a factores sin solución en el corto plazo.

El costo de los operativos policiales, la logística de las barras, la falta de un sistema seguro para el expendio de las entradas, la capacidad de los estadios y el cambio cultural por una intolerancia naturalizada atentan contra el antiguo folklore que generaba la interacción de fanáticos de distinta camiseta.

“No veo entusiasmo de los presidentes de los clubes por la vuelta de los hinchas visitantes. Ninguno te habla de esa necesidad: primero por el costo de los operativos y después porque, al tener toda la cancha para sus hinchas, se evitan un montón de situaciones negativas”, aseguró Eduardo Aparicio, responsable de la Agencia de Prevención contra la Violencia en el Deporte (Aprevide), organismo encargado de la seguridad en la provincia de Buenos Aires.

“Ya se instaló una estructura para no recibir hinchas de otros equipos, habría que cambiar un montón de cosas y tomar medidas antipáticas para con los socios que hoy demandan más lugar. Sería muy engorroso darles una tribuna a los visitantes”, consideró el presidente de Estudiantes, Martín Gorostegui.

En la misma línea, el titular de Gimnasia y Esgrima La Plata, Mariano Cowen, ratificó: “Los clubes se han organizado para recibir a sus propios socios, salvo excepciones, y eso imposibilita darles espacio a los simpatizantes rivales. Ese el problema más difícil de resolver”.

“En nuestro caso, recién podríamos recibir visitantes cuando terminemos la obra del DAM 2.0 (nuevo estadio Diego Armando Maradona en La Paternal). Una vez logrado eso dependemos de la seguridad de la Ciudad y de la reciprocidad del club que nos visite”, aclaró Cristian Malaspina, presidente de Argentinos Juniors.

“En Estudiantes tenemos un estadio de 32.500 espectadores que nos queda chico. En todos los partidos se agotan los canjes de entradas que hacemos por ranking y lo mismo pasa en otros clubes”, ejemplificó Gorostegui.

Esa situación se comprueba todos los fin de semana en los estadios de los cinco grandes del fútbol argentino. Boca, River, Independiente, Racing y San Lorenzo agotan toda la capacidad autorizada con el ingreso de abonados y socios.

Las excepciones en la Liga Profesional Profesional (LPF) las hacen algunos clubes del interior como Talleres de Córdoba o Godoy Cruz de Mendoza, que juegan en estadios de amplia capacidad y reservan lugar cuando los visitan clubes de importante convocatoria.

“Nuestro Gobierno tomó esa decisión política, para Córdoba es una cuestión de Estado que se juegue con ambas parcialidades”, planteó el titular del Consejo de Seguridad Deportiva de esa provincia (Cosedepro), Marcelo Frossasco.

Para Aparicio “es un negocio de un día, los clubes asumen el costo del operativo policial, recaudan por la venta de entradas a los visitantes y nada más”.

Durante la Liga en curso, Talleres recibió a San Lorenzo y River y les destinó a sus hinchas 11.000 tickets a un valor de 10.500 pesos más cargo por servicio, ubicado por encima del precio de la entrada popular fijada por la AFA (3.500 pesos).

“En algunos estadios que permiten el ingreso de visitantes ponen un valor de la entrada que hasta parece discriminatorio. Por eso, es inimaginable pensar en volver al viejo esquema”, consideró el presidente de Estudiantes.

Los operativos policiales, otra complicación 

“Eso agrega mayor complejidad al tema. Los costos de los operativos de seguridad serían imposibles de afrontar”, advirtió Cowen.

A modo gráfico, el titular de Aprevide informó: “Pagar el cuerpo policial, el traslado de los equipos, el servicio de seguridad y todo lo relacionado al operativo actual ya significa un esfuerzo muy importante para los clubes. Si encima hay que pensar en la presencia del público visitante se hace prácticamente imposible”.

La provincia de Buenos Aires organiza cerca de 3.000 partidos al año, que de jugarse con visitantes significaría un trastorno para la comunidad, según Aparicio.

“Es que la mayoría de los estadios de la provincia están ubicados en barrios y la llegada de los visitantes implicaría restricciones de circulación y otras complicaciones para los vecinos”, abundó.

“Además, -alertó-, se suma el problema del escoltado de las barras, que en algunos casos pueden ser durante trayectos muy prolongados”.

El caso que cambió para siempre la escenografía de los estadios

“Parece mentira que ya se cumplan 10 años. Es algo muy triste porque también soy hincha y ver a tu equipo de visitante es un premio. Ojalá podamos corregirlo paulatinamente”, deseó Gonzalo Belloso, exfutbolista y máxima autoridad de Rosario Central.

El 10 de junio de 2013, la AFA tomó esa medida de forma transitoria, hasta el final del torneo en curso, después de la muerte de Javier Jerez -hincha de Lanús- por un enfrentamiento con la Policía en el ingreso del Estadio Único de La Plata.

La decisión iba a revertirse en el inicio del campeonato del segundo semestre pero finalmente se mantuvo por el fallecimiento de dos hinchas de Boca en un tiroteo entre facciones de La 12, ocurrido el 21 de julio en las inmediaciones del Nuevo Gasómetro de San Lorenzo, lo que elevó a 191 la nómina luctuosa del fútbol argentino.

“Fue una medida razonable por el momento que se vivía. Hoy se dan algunos episodios, aunque aislados, que llevan a pensar que aquella medida hay que sostenerla”, opinó Gorostegui.

Por caso, el pasado martes, hinchas de Talleres de Córdoba y Chacarita Juniors protagonizaron serios incidentes en La Rioja durante un partido de la Copa Argentina, única competencia disputada en estadios neutrales con presencia autorizada de ambas parcialidades.

POR FERNANDO BIANCULLI (Télam)