Nuestro país comparte podio con Perú y Nigeria en los niveles de estrés, según un estudio global. Mientras que a nivel local se advierte sobre el crecimiento de la angustia y el malestar.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental dos informes alertan sobre el crecimiento de los problemas de salud mental en la Argentina. Uno, a nivel global, ubica a nuestro entre los tres con peores índices relacionados al estrés; el otro, uno local, asegura que más del 26% de los argentinos sufren malestar psicológico.

El primero, un trabajo de investigación elaborado por Voices! y WIN International, que abarcó 39 países, ofrece una radiografía de cómo las personas perciben y evalúan dos factores determinantes en su calidad de vida: el estrés y la calidad del sueño.

Los resultados señalaron a Argentina en el podio de los más afectados en su bienestar psicológico en relación con ambos factores, ya que se ubicó en segundo lugar seguido de otro país de América Latina, Perú.

El estrés se ha convertido en un compañero indeseado de la vida moderna. Según los datos recabados, a nivel global, el 32% de los encuestados calificó su nivel de estrés como “bastante malo” o “muy malo”. Sin embargo, no todas las regiones y grupos etarios lo experimentan de la misma manera.

En particular, en Argentina y Perú, la autoevaluación del estrés es especialmente negativa, con un 54% y un 59% respectivamente de respuestas desfavorables. En el tercer lugar se ubicó Nigeria, en África, con el 51%.

El estudio también reveló que, en Argentina, las mujeres y los jóvenes son los grupos más afectados por el estrés. Un 59% de las mujeres argentinas evaluó negativamente su nivel de estrés, en comparación con el 48% de los hombres. Además, los adultos jóvenes de entre 18 y 24 años presentaron los peores resultados, con un alarmante 72% de menciones negativas, lo que subraya una mayor vulnerabilidad en este segmento.

Geográficamente, los residentes de Buenos Aires (CABA y GBA) fueron más críticos respecto a su estrés, con un 62% y un 59% de menciones negativas, respectivamente, frente al 51% del interior del país. Esto evidencia una diferencia significativa en cómo el entorno urbano impacta la percepción del bienestar mental.

El trabajo es, según el estudio, el principal generador de estrés a nivel global, con un 24% de las menciones. Le sigue la falta de dinero, con un 21%, y en tercer lugar, la familia, con un 19%. En Argentina, la tendencia es similar, aunque con un mayor énfasis en la falta de dinero, que afecta a un 29% de los encuestados.

Estudio local

Mientras tanto, un nuevo informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló un aumento impactante en el malestar psicológico entre 2010 y 2023.

Según el estudio, los síntomas de ansiedad y depresión crecieron del 18,4% al 26,7%, particularmente en mujeres y en las áreas urbanas, donde el tejido social parece más frágil.

En el extenso trabajo, los expertos analizaron las capacidades socio-afectivas y los recursos psicosociales en relación con el bienestar subjetivo durante el periodo 2010-2023.

Según publica el portal Infobae que tuvo acceso al informe, se enfocaron en el llamado malestar psicológico —quienes declararon tener síntomas de ansiedad y depresión—, el sentimiento de infelicidad —la percepción negativa del estado de ánimo que produce una sensación de insatisfacción y/o tristeza— y el déficit de apoyo social —amigos y familiares cercanos con los que cada persona se siente a gusto—.

Así, aparece una tendencia creciente en el malestar psicológico, que alcanzó su pico máximo el año pasado (26,7%), es decir en 1 de cada 4 personas. El sentimiento de infelicidad se mantuvo estable, ya que osciló entre el 11% y 14%. El valor más alto en este aspecto fue en 2020 —durante las restricciones por la pandemia— con el 14,5%, mientras el déficit de apoyo social disminuyó en los últimos años, debido a que afectó al 18,1% en 2023.

Los grupos más afectados por estas carencias, remarca el informe, son aquellos en situación de vulnerabilidad socioeconómica y con bajos niveles educativos. Son las mujeres y las personas de mediana edad las que mostraron mayor malestar psicológico, mientras que los ancianos presentaron un déficit más elevado en sus redes sociales. El malestar psicológico en mujeres fue del 30,5% y el déficit de la red social en personas mayores de 60 años alcanzó el 29,5%,

De esta forma, se observó un deterioro del bienestar subjetivo en 2023, especialmente en personas de estrato socioeconómico bajo y en áreas metropolitanas como el conurbano bonaerense.

Para las personas en situación de pobreza por ingresos, el malestar psicológico, en 2023, fue especialmente elevado, ya que afectó a un 39,5%, mientras que en el grupo de menores ingresos con vulnerabilidad socio-ocupacional alcanzó un 40,3%.

Finalmente, la falta de red social fue marcadamente elevada en los adultos mayores, teniendo en cuenta que se manifestaron de ese modo el 29,5% de las personas de más de 60 años, en 2023, mientras que en el grupo de personas de nivel educativo bajo, el déficit de apoyo social fue del 27,8%. (DIB)