Edema macular diabético: diagnóstico precoz y tratamiento adecuado, dos claves para no perder la visión

Es una de las principales causas de ceguera en personas diabéticas de entre 40 y 65 años a nivel mundial. Las opciones farmacológicas desplazaron a la cirugía láser, que era la primera alternativa de tratamiento.

El edema macular diabético es una enfermedad causada por la diabetes que produce daño en la retina y aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos del ojo. Este deterioro provoca la filtración de fluidos y sangre a la retina, produciendo hinchazón en la mácula, responsable de la visión central y detallada, e impidiendo que el paciente pueda ver correctamente.

La doctora Anat Loewenstein es directora del Departamento de Oftalmología de la Universidad de Tel Aviv, y de paso por Buenos Aires para participar de la convención Beyond Retina, cuyo tema principal fue el tratamiento personalizado para los pacientes con edema macular diabético, destacó que “la enfermedad se desarrolla de forma más agresiva cuando se presenta en edad temprana, por lo que es más peligrosa. En cambio, en personas adultas es común que tengan la enfermedad durante mucho tiempo sin saber que la padecen, por lo tanto, cuando diagnostican un tipo de diabetes ya desarrollaron consecuencias oftalmológicas”.

Durante la última década se produjeron grandes adelantos en los tratamientos para frenar el avance del edema macular diabético. Anteriormente la única opción era la cirugía láser, que se utilizaba para eliminar las filtraciones de fluidos. Hoy en día también se puede aplicar un tratamiento farmacológico. “El láser se utiliza sólo en los casos donde el edema se encuentra lejos del centro del ojo, ya que aumenta el riesgo de pérdida de la visión”, señaló Dinah Zur, oftalmóloga del hospital Sourasky de Tel Aviv.


A la hora de seleccionar el mejor tratamiento se tiene en cuenta un conjunto de factores relativos a la predisposición del paciente y las enfermedades previas que pueda tener. La primera opción es comenzar con la aplicación del agente anti-VEGF cuyo objetivo es frenar los químicos que producen las filtraciones en el ojo.


Otro tratamiento por el que se puede optar es el uso de implantes de esteroides. “Estos se inyectan del mismo modo que el agente Anti-VEGF pero tienen un efecto más duradero, por lo que sólo se realiza cada cuatro meses. Como consecuencia le permite al paciente tener una vida normal durante este tiempo”, destacó Iglicki. Con este tipo de implantes sólo se debe concurrir a un control médico posterior a la intervención y prestar atención a aquellos signos de pérdida visual hasta la nueva consulta.

Fuente: Infobae