Por Claudio Valerio – Mantente a salvo y no subestimes el efecto que el alcohol puede tener en tu cuerpo. El alcohol es una de esas bebidas dudosas que pueden beneficiar a algunas personas si se consumen en cantidades moderadas, pero puede ser realmente perjudicial para otras. El consumo excesivo de alcohol es malo para todos, ya que es un factor que contribuye al desarrollo de cáncer, corazón, hígado y problemas pancreáticos, así como a la adicción.
Uno de los efectos adversos más ignorados del alcohol es su capacidad para afectar nuestra salud inmunológica, y la investigación científica sugiere que el alcohol hace eso al afectar las funciones de protección del sistema digestivo y los pulmones.
Los efectos digestivos maliciosos del alcohol son los siguientes:
1. Altera la flora intestinal. Esto es porque las bacterias intestinales beneficiosas juegan un papel importante en nuestra salud inmunológica y digestiva, y el alcohol interrumpe el equilibrio de estas bacterias en su tracto digestivo, lo que tiene un efecto adverso en su inmunidad general.
2. Facilita la filtración de microorganismos en la sangre, lo que representa un golpe extremo para nuestra salud inmunológica. Esto se debe a que gotas de alcohol en el revestimiento del intestino, afectan a las células epiteliales y las células inmunes que protegen el intestino y que evitan que los agentes nocivos ingresen al torrente sanguíneo.
3. Aumenta la inflamación en el cuerpo. Esto es porque cuando los microbios comienzan a filtrarse en el torrente sanguíneo, esto activa las células inmunes que viven en el hígado, aumenta el nivel de inflamación en el cuerpo y daña el hígado. Además, el alcohol puede aumentar el riesgo de pulmón enfermedad al afectar las células inmunes que viven en los pulmones y debilitar la capacidad de los pulmones para limpiarse de las bacterias, la suciedad y el moco a través del movimiento de los cilios, estructuras microscópicas similares a fibras que protegen nuestros pulmones al moverse en movimientos ondulantes y repeler gérmenes y suciedad del revestimiento de los pulmones.
Nuestra primera línea de defensa contra microorganismos dañinos, como el coronavirus por ejemplo, es el sistema inmunitario. No es bueno para nuestro sistema inmunológico que bebamos alcohol, porque lo debilita. Si nos enfermamos, la fortaleza del sistema inmunitario predice en gran medida la progresión de la enfermedad. Todo esto es entendible, por lo que tiene mucho sentido que muchas personas muestren un mayor interés en su salud inmunológica y se esfuercen por fortalecer su inmunidad durante estos tiempos difíciles. Pero incluso si mantienes una dieta saludable, haces ejercicio y descansas lo suficiente todos los días, ciertos hábitos dañinos pueden debilitar su inmunidad; tal el caso del consumo excesivo de alcohol. Incluso bebiendo ocasionalmente, es el principal culpable que puede afectar a nuestra protección inmunológica y aumentar el riesgo de enfermarnos.
El consumo excesivo de alcohol puede reducir drásticamente la cantidad de células inmunes llamadas monocitos en la sangre, esencialmente disminuyendo la inmunidad de su cuerpo en un instante. Como resultado, los grandes bebedores tienen más probabilidades de sufrir enfermedades pulmonares, tanto crónicas como estacionales. Además, también se ha observado que los grandes bebedores a menudo tienen una capacidad deteriorada de curación de heridas, recuperación de traumas físicos y varias enfermedades.
Como se puede observar, beber en exceso puede afectar tu inmunidad de varias maneras. Pero, ¿qué se considera beber “en exceso” o “moderado”? Desenmascaremos los mitos comunes sobre el alcohol: ¿Cuánto alcohol es demasiado?
Esta es la pregunta clave para nosotros: ¿cuál es el límite seguro de alcohol con que se puede disfrutar sin dañar al sistema inmunológico? Como es de esperar, esto varía en muchos factores, como ser el peso, edad y estado general de salud. Según la Clínica Mayo, una cantidad moderada de alcohol se refiere a 1 bebida al día para mujeres y 2 bebidas para hombres. Por una bebida, de 355 ml de cerveza, que significan 12 onzas líquidas, 148 ml de vino (5 onzas líquidas) y 44 ml de licores destilados (1,5 onzas líquidas). Superadas esas cantidades se considera beber en exceso. Eso sí, tengamos en cuenta que algunas personas no deberían beber en absoluto; tal el caso de aquellas personas con problemas hepáticos y pancreáticos, las que han sufrido un derrame cerebral; personas que tienen un corazón débil, las mujeres embarazadas, los menores de 21 años y las personas diagnosticadas con trastorno por consumo de alcohol. A toda costa se debe evitar el consumo de alcohol si se está tomando algún tipo de medicamento que interactúa con él. Normalmente la hoja informativa del medicamento indicará si ése medicamento es seguro o no para combinar con alcohol, pero si existen dudas y para mayor seguridad se lo puede consultar al médico.
- Medicamentos que tienen esta restricción, entre otros: Píldoras para dormir; Ansiedad; Medicamentos antipsicóticos; Medicamentos para el colesterol; Medicamentos para la presión arterial alta y, Medicamentos de venta libre y sin receta
El alcohol no es beneficioso para la salud, por lo que podemos afirmar con rotundidad que el lema “bebe con moderación” es algo subjetivo y que queda a elección de cada persona y, por eso, es algo que deberíamos empezar a eliminar de todo anuncio relacionado con las bebidas alcohólicas. “Que deje de ser la excusa preferida por todos aquellos que defienden que el consumo de alcohol”.