La remodelación en esta primera parte se focalizó en el terreno de juego con la instalación de un sistema híbrido de césped tal como tienen los estadios Camp Nou de Barcelona y Stamford Bridge de Chelsea.

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Las obras en el campo de juego del estadio Monumental de River Plate entraron en la recta final de trabajo con las primeros brotes de césped inteligente y para los primeros días de febrero, con el nuevo torneo local, el equipo recuperará su localía y volverá a jugar en Núñez.

En ese contexto, la inversión de casi 180 millones de pesos que comenzó en medio del aislamiento social motivado por la pandemia de coronavirus comenzó a tomar más color con la aparición del color verde de la gramilla, luego de haberse levantado todo el suelo y la pista de atletismo para poder bajar la superficie a casi dos metros del nivel que tenía anteriormente.

La remodelación en esta primera parte no incluyó cambios estructurales en las tribunas sino que se focalizó en el terreno de juego con la instalación de un sistema híbrido de césped tal como tienen los estadios Camp Nou de Barcelona y Stamford Bridge de Chelsea.

De este modo, el campo de juego lucirá todo el año del mismo modo sin alterar su superficie y su crecimiento según los diferentes climas del año, ya que no va a necesitar resembrados o mantenimiento especial tal como venía sucediendo hasta el momento.

El nuevo sistema inteligente del césped que será un cinco por ciento artificial posee 10 capas diferentes de relleno que cumplen las funciones naturales de riego, calor y abono manejado desde una técnica conocida como Row Planting.

La inversión y la tecnología ahorrará tiempo y recursos de mantenimiento, además de preservar el campo de juego en el mismo estado y con las mismas condiciones para su uso sin importar la cantidad de horas que sea utilizado ni las cuestiones climáticas.

El formato de control de crecimiento y fortalecimiento de las raíces se hará por medio de un centro de computadoras especiales que ordenan el riego, el aireado, la temperatura y la siembra de acuerdo a las necesidades de cada época del año y del campeonato.

Foto: Franco Fafasuli

Además, la falta de fibras naturales es automáticamente reemplazada por gramilla artificial cocida por una maquina especial que inyecta el pasto para que los sectores maltratados sean recuperados en menos de una semana.

El proyecto que arrancó en la primera semana de septiembre tiene fecha de finalización en los primeros días de febrero con el arranque de la Liga Profesional y por lo tanto en el 2021 River sólo jugará dos partidos fuera de casa.

Los encuentros correspondientes a una de las semifinales de la Copa Libertadores ante Palmeiras del 5 de enero y el de la última fecha de la zona campeonato frente a Independiente, se jugarán como hasta ahora en el Libertadores de América.

La decisión de iniciar la obra perdiendo la localía se tomó ante el curso de la pandemia ya que al jugarse sin público era el momento justo para no generarle un perjuicio a los socios, en su mayoría abonados a los diferentes lugares del Monumental.

La etapa inicial de la obra fue desarmar toda la pista atlética que fue construida en su momento para albergar la posibilidad de un juego olímpico en la década de 1940 y luego se levantó todo el césped del campo para poder bajar el nivel.

Este cambio en la superficie del campo de juego permitirá que haya más profundidad y dará la posibilidad, en una segunda etapa, de ampliar la capacidad del estadio ya que podrá usarse todo un nuevo sector por debajo de las cuatro cabeceras.

En este proyecto está diagramada una nueva líneas de palcos en la parte media de las tribunas y de concretarse la extensión de las plateas hacia el campo la capacidad del Monumental se incrementaría de las 70.000 actuales a 80.000 o 90.000 espectadores.

También se realizaron tareas de mantenimiento en las plateas laterales, se cambió el túnel de salida al campo de juego unificado los vestuarios como tienen los estadios europeos, que permiten el ingreso de los dos equipos y el cuerpo arbitral por el mismo camino.

Las últimas obras en el Monumental en el campo de juego datan de la época de los años previos al Mundial 78, mientras que los cambios edilicios se realizaron en 1951 para los Panamericanos, en 1958 tras la venta Enrique Omar Sívori cuando se cerró la herradura con las plateas bajas y media y para el Mundial 78, cuando quedó con su actual fisonomía.