Argumenta Velazco “Los fenómenos climatológicos extremos que estamos atestiguando en la República Argentina entre diciembre y enero, exponen la vulnerabilidad que afronta gran parte de la población, como consecuencia de la falta de un plan de obras, medidas de contingencia acordes, y sistemas de alerta temprana a la altura de las circunstancias”.

Y desarrolla el ingeniero hidráulico “Según las previsiones técnicas, los violentos temporales se recrudecerán entre febrero y abril, por lo que imperan acciones para morigerar las consecuencias en la población más vulnerable, y en la producción del sector agrícola-ganadero.

Frente a este panorama, en principio, deben coordinarse de manera urgente reuniones conjuntas entre todos los municipios involucrados en una misma cuenca o subcuenca, con una intervención provincial moderadora, y la participación de las respectivas áreas de Defensa Civil de tales municipios.

Se debe dedicar especial atención a las áreas densamente pobladas que afrontan un claro riesgo hídrico, como es el caso del conurbano bonaerense, donde cientos de miles de familias marginales que se asientan a la vera de los arroyos, corren el riesgo de sufrir tragedias irreparables.

A su vez, en las amplias zonas productivas (como por ejemplo es el caso del interior de la provincia de Buenos Aires) se deben plantear similares estrategias conjuntas entre municipios afectados bajo las mismas cuencas y subcuencas, a fin de evitar o morigerar los efectos de grandes inundaciones.

Las administraciones públicas de las provincias, y de cada municipio, deben valerse del trabajo que lleva a cabo el Servicio Meteorológico Nacional, para divulgar de manera efectiva las alertas ante fenómenos climatológicos extremos, a través de las herramientas más oportunas que garanticen la llegada del aviso a toda la población”.