Por Marcelo Torres – Este miércoles la justicia de segunda instancia confirmó y amplió la condena al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Hoy, el Partido de los Trabajadores (PT) lo proclamó precandidato a presidente para los próximos comisios que tendrán lugar en octubre próximo.
La sentencia no cuenta con fundamentos ni pruebas. Sin embargo, el tribunal tomó la decisión de condenar al líder del PT a prisión, agravando su pena, y de inhabilitarlo para postularse en las próximas elecciones.
¿Son hechos aislados o tienen parentesco con lo que sucede en otros países de la región, incluido Argentina? Revisar los sucesos de los países vecinos nos permite repensar y resignificar lo que vivimos en nuestra tierra.
Lula, ex obrero metalúrgico, logró sacar de la pobreza extrema a más de 28 millones de brasileños durante su presidencia (2003-2010); además, posicionó a su país entre las economías emergentes globales que conformaron el grupo de los BRICS y hasta llegó a ser calificado por Barack Obama como el político “más popular de la tierra”. Terminó su mandato con una popularidad del 87%, entregando la presidencia a su sucesora Dilma Rousseff, quien fue destituida por un juicio político en 2017 en el marco del plan sistemático que lleva adelante la derecha aliada al poder judicial.
A pesar de la permanente difamación sobre su imagen, millones de cariocas lo recuerdan con afecto y le agradecen las posibilidades de crecimiento que tuvieron desde su gobierno y, en definitiva, de vivir mejor.