EL PORQUÉ DE LA LICENCIA DE CÁFFARO

Por Eduardo Rivas – El pasado 4 de julio el Concejo Deliberante aprobó, ¿de apuro?, el pedido de licencia del Intendente Osvaldo Cáffaro, y entonces decíamos (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2020/07/04/hay-necesidad/) ‘es curioso que a los concejales no les haya llamado la atención el pedido de licencia, tan acotado y repentino’ dado que ‘tres días de descanso y reposo para una lumbalgia severa es escaso’, y tratábamos de dilucidar cuál era la verdadera razón de la licencia del mandatario. Dada la historia reciente del Intendente, era sumamente llamativo por qué Cáffaro quería dejar explícitamente documentado que esos tres días (3, 4 y 5 de julio) él no se encontraba al frente del Departamento Ejecutivo.

Pero los ocultamientos duran poco y contamos en nuestro poder con lo que podría ser la razón de ser de la licencia… sin dejar de tener en cuenta y lamentar las severas dolencias del Intendente de las que afortunadamente se repuso con inusitada rapidez. Lo decimos en términos condicionales porque el documento con el que contamos no cuenta con las firmas de los involucrados, pero reviste todas las características de un documento verdadero.

Osvaldo Cáffaro habría pedido licencia para no firmar, en nombre del Municipio, la compra del predio en donde Zárate depositaba sus residuos domiciliarios. Dada la magnitud de la operación inmobiliaria resulta muy llamativo que haya tanta urgencia para que lo firme el ‘Intendente interino’ según consta en el documento ¿Por qué? No lo sabemos, sería bueno que el Intendente lo explicite.

Pero no es lo único que no sabemos, y cuando uno no sabe lo oportuno es averiguar para poder saber.

Según el Contrato de Compraventa del que tomaron parte Hugo, Santiago y Martín Concaro por un lado y la Municipalidad de Zárate por el otro, se habría acordado la venta del terreno propiedad de los familiares en favor del Estado por un monto de 92 millones de pesos ajustables según el índice de la variación del costo de la construcción indicador CAC (https://www.cifrasonline.com.ar/indice-cac/). El predio, que abarca varias inscripciones catastrales, es de 36,67 hectáreas, lo que da un costo de $ 2.508.862,83 por hectárea, que se comenzarían a pagar en agosto de 2021 y por el término de 9 años. Esto significa que el Intendente Cáffaro, que según la ley vigente no puede ser reelecto, compromete al Estado municipal durante el presente y los dos próximos gobiernos.

Resulta sumamente curiosa la casualidad que justo el día en que el Intendente Municipal solicita su licencia, justo ese día, el Municipio firma la compra del ‘predio de Concaro’. ¿Por qué no lo firmó el Intendente? ¿No quiso hacerlo? ¿No pudo? Si no pudo, ¿Por qué no se pospuso la firma? Es llamativo que un hecho de semejante trascendencia para Zárate sea asumido por alguien a quien nadie eligió para estar en ese sitio. ¿Tendrá que ver con que la Ordenanza 4611 que autoriza la compra del predio establece taxativamente que la misma se realizará ‘por las sumas que surjan de tasación oficial que a tal fin se confeccione’ y que, por lo que se conoce públicamente, dicha tasación oficial no existe? ¿Será que se ‘tiraron el lance’ de aprobar el accionar con la mayoría automática con que cuentan en el Concejo Deliberante y qué, si el no haber cumplido con la normativa vigente trae consecuencias, éstas sean asumidas por Ríos en lugar de Cáffaro? ¿Será una devolución de favores por tantos favores recibidos?

El contrato en cuestión se habría firmado ‘“ad referéndum” del Honorable Concejo Deliberante’, ¿Tendrán el valor, quienes aprueban a libro cerrado lo que el Intendente envía al Concejo Deliberante, de alzar la voz en nombre de los vecinos o seguirán comportándose con servilismo y obsecuencia rindiendo pleitesía a quien los trata como verdaderos lacayos del poder de turno? ¿Ariel Ríos tendrá la honestidad intelectual de excusarse o votará su propio accionar como circunstancial responsable de otro poder del Estado municipal?

Una vez más, y como en casi todo su accionar, el Departamento Ejecutivo Municipal actúa en forma oscura y es oscurantista, pero no perdemos las esperanzas que recapaciten y se brinden a los vecinos que, al fin de cuentas, son su razón de ser y brinden las explicaciones que amerita el tema.

No creemos en las casualidades, ¿Ésta será una nueva causalidad?