EL TRIUNFO DE MILEI

Por Eduardo Rivas – En 1996, cuando se conocieron los resultados de las elecciones en España, el entonces vicepresidente del Gobierno, el socialista Alfonso Guerra definió a los resultados con la siguiente frase. ‘Nunca una victoria fue tan amarga y una derrota tan dulce’, y pretendía explicar que, si bien su partido había sido derrotado por el Partido Popular liderado por José María Aznar, por poco más de uno por ciento (38,79% a 37,63%), frente a los 14 puntos de diferencia que auguraban las encuestas tras catorce años de gobierno socialista, la definición de Guerra fue muy acertada.

Casi 30 años después esta frase sirve para explicar lo ocurrido el pasado martes en la Cámara de Diputados argentina tras el retorno a Comisión de La Ley Ómnibus, buque insignia del plan de gobierno del presidente Javier Milei. La clave está en identificar quien ganó y quien perdió.

En nuestra opinión, ganó Milei y perdió la democracia. Aunque muchos crean que fue un triunfo de la oposición, estamos convencidos que quien saca mejores dividendos de lo ocurrido fue el gobierno.

Milei nunca quiso negociar y los ‘acuerdos’ alcanzados con la oposición fueron producto de las circunstancias. Hizo lo que la sociedad le reclamaba, y hoy puede decirles a los argentinos que lo hizo y que la ‘casta’ le impide gobernar. Propuso proyectos, escuchó propuestas, quitó partes, hizo todo lo que le indicaron que había que hacer, y aun así su propuesta fue rechazada.

A sus ojos, y a los de muchos argentinos, los de siempre impiden el cambio. Los de siempre bloquean un futuro mejor.

Ahora el camino le quedó allanado para hacer lo que quiera hacer de la manera que quiere hacerlo.

Una opción es apelar al gobierno plebiscitario, pero en tal caso al no ser vinculante vuelve a depender del accionar de los legisladores, la otra es gobernar a fuerzas de decretos de necesidad y urgencia. No hay que olvidar que junto al proyecto de ley ómnibus el presidente Milei firmó también un Decreto de Necesidad y Urgencia que, aún con algunas suspensiones judiciales, continúa vigente, no tuvo tanta exposición pública y ni siquiera fue abordado por las Cámaras legislativas, y sin su rechazo, el Decreto tiene vigencia.

La experiencia reciente expone que este sería el camino por seguir ya que la Ley Ómnibus no cayó por el accionar de los Gobernadores, como dijo el gobierno, sino por el proceder de tres bloques determinados, con nombres y apellido, que son quienes garantizaron la aprobación en general del proyecto y la derrota de varias cuestiones en particular, Hacemos Coalición Federal, Innovación Federal y la Unión Cívica Radical.

De los 54 legisladores de estos bloques que apoyaron en general, solo 11 votaron positivamente las 13 votaciones en particular… y 8 legisladores que apoyaron la ley en general, acompañaron solo 1 del total. Los bloques no funcionaron como bloques, solo el del Frente de Izquierda fue monolítico en sus decisiones.

Uno de quienes sí se comprometió a fondo fue Miguel Ángel Pichetto, quien expuso en las largas sesiones toda su experiencia legislativa y ‘manejó’ el proceder parlamentario desde su banca.

El viejo líder peronista explicó en varias oportunidades el camino que se debía seguir y no fue escuchado, hoy vuelven a tomar actualidad aquellas palabras que pronunció en la sesión que significó la ruptura entre Cristina Fernández y Julio Cobos. Dirigiéndose al presidente del Senado, Pichetto le espetó ‘Haga lo que tenga que hacer, pero hágalo rápido’.

El triunfo político de Javier Milei, caracterizado por la derrota parlamentaria, da lugar para que cumpla con el pedido de Pichetto.

Todo indica que irá a todo o nada.

¿Lo hará?