El Vaticano muestra por primera vez en 300 años la “Escalera Santa” por la que subió Jesús

Por primera vez en tres siglos, se muestra la escalera sin la madera que la protegía. Se trata de uno de los lugares de peregrinación más visitados de Roma.

“Durante sesenta días podremos recorrer con nuestras rodillas y tocar el mármol que el mismo Jesús pisó en el palacio del pretorio donde fue juzgado por Poncio Pilatos”, manifestó el padre Francesco Guerra, rector del Pontificio Santuario de la “Escalera Santa”.

La escalinata de mármol ha sido restaurada durante los últimos 2 años, desvelando algunos de sus secretos mejor guardados, y para su inauguración al descubierto fue bendecida por el cardenal vicario de Roma, Ángelo De Donatis, que esparció agua bendita con un hisopo.

Los peldaños se ubican dentro de un edificio próximo pero independiente a la Basílica de San Juan de Letrán de Roma y suponen uno de los lugares de peregrinación más visitados de la ciudad.


Según una antiquísima tradición, Jesús subió esta escalera en el palacio pretorio de Jerusalem donde fue condenado a muerte y fue trasladada a Roma en el 326 d.C por orden de Santa Elena, madre del emperador Constantino, quien en 313, en virtud del Edicto de Milán, legalizó el cristianismo y lo hizo religión oficial del Imperio tras siglos de persecuciones.


 

Se compone de 28 peldaños de mármol blanco que conducen al “Sancta Sanctorum”, una pequeña capilla donde los pontífices se recogían en oración hasta el medievo, enormemente rica en reliquias y que puede observarse a través de una gruesa reja.


Lo que más llama la atención de esta escalera es precisamente la forma que ha adquirido el mármol, deformado por el paso de miles y miles de fieles durante su inabarcable historia, hasta el punto de que la piedra de algunos peldaños se muestra perforada.

La restauración de la “Escalera Santa” y de la madera que la cubría es sólo una parte de un mucho más amplio proyecto de mejora de todo el complejo lanzado desde 2000 para adecentarlo, sobre todo sus ricos frescos, hasta ahora muy dañados e incluso resquebrajados.


Especialmente se ha arreglado profundamente los ciclos pictóricos de las paredes y la bóveda que delimitan la escalera, que por siglos sirvieron de “Biblia pauperum”, el libro de los pobres, pues ilustraban a los fieles analfabetos sobre los distintos pasajes bíblicos.

Fuente: Clarín