Una mamá ayudando en la cocina y el esposo de Catalina, preparando un mediodía (foto archivo)
Multimedios EL DEBATE entrevistó este martes, en el Día Internacional de la Beneficencia, donde se apela a la solidaridad, a Catalina Godoy, titular del comedor Gotitas de Amor de Villa Bosch, hermosa barriada de nuestra ciudad, quien habló sobre este día y la labor solidaria que cumple junto a su esposo, para alimnetar casi sin recursos oficiales, a 35 chicos todos los días. (Nota de audio al pie)
“Pienso que nosotros, en este barrio, tenemos mucha suerte porque cuando más necesitamos fue cuando no cobrábamos los comedores hace 4 meses, pero lo conseguimos con mucho esfuerzo y sacrificio. Hay gente que también colabora, por ejemplo Toyota entre marzo y abril nos trajo mucha mercadería, también Zarcam trajo dos bolsas de papas y zanahorias. Es todo lo que hasta este tiempo hemos tenido, y hasta ahora no volvimos a cobrar. Hemos tenido suerte de tener algo, todo va sumando para que no falte la comida. Son muchas cosas que se deben hacer para ayudar al otro”, destacó la luchadora Catalina.
Teniendo 35 chicos en su comedor, Godoy siguió: “Tengo gente acá en el barrio que no tienen absolutamente nada y sin embargo traen dos papas o una zanahoria. Ahora ya llevé a Zarcam para que traigan más verduras y queso fresco para elaborar las pizzas, ellos ayudan mucho”, definiendo así que la verdadera Beneficencia bien entendida, no es solo una actitud de quienes más tienen.
“Hice una rifa porque hay elementos faltantes: es en la calle y pagando sólo $100. El sorteo se hace todos los meses y el único premio que hay es dinero: $2000, $3000, $4000 y así infinitamente”, dijo invitando a adquirirla a todos los que se sientan siempre Benefactores del amor.
“Sacando Zarcam, ¿qué otras empresas acompañan al comedor?” Destacó a Toyota y explicó: “Ayer, por ejemplo, fui al mayorista Yaguar a comprar cosas que nos hacen falta, por ejemplo la polenta. Yo cocino muchísimo la polenta, pero nadie lo ve, y se trabaja muchísimo desde las 8hs hasta las 12hs que vienen los chicos a comer. La polenta común e instantánea (siendo la única que compro y consumo) se prepara en 1 hora, y con el resto sobrante (200 o 300 gr), 150 gr. de harina, un huevo y levadura se hacen dos pizzas de 450 gr. Es realmente muy lindo cocinar”.
“También hay gente a la que no le gusta colaborar dando como excusa el decir “ya soy grande, no puedo hacerlo”. Yo amo la costura y la cocina porque me encanta darle de comer a los chicos. Nadie nunca desprecia un plato de comida. Por la mañana vienen 3 mamás a ayudarnos y sentimos que es menos trabajoso. Todos los mediodías, como ya dije, tenemos 35 chicos, y en este momento estoy dando la leche. El director del hospital nos da 7 u 8 cajas de 20 leches y puedo repartirlas a la gente que no tiene nada, quedándome en sólo 15 días sin ninguna”, afirmó.
“Los chicos verdaderamente me quieren mucho y hay algunos que, cuando pasan con los padres de camino a sus trabajos, no los dejan, toman un plato de sopa y se van, diciéndoles “ustedes tienen para comer, no pueden venir”, pero les responden “queremos estar con Cata”. Realmente parece mentira que tuvieran entre 4 o 5 años”, finalizó.