Teherán anunció que comenzó el lunes a enriquecer uranio hasta en un 20% en una instalación nuclear subterránea de Fordo, vulnerando el pacto firmado en Viena el 14 de julio de 2015.
Por Alberto Galeano / TÉLAM
La decisión de Irán de enriquecer uranio hasta un 20%, un paso más para construir una bomba atómica, le da a los persas una “carta negociadora” con el nuevo Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, para lograr el cese de las sanciones que pesan sobre ese país.
La medida, anunciada esta semana por Teherán, ocurre tras cumplirse el 3 de enero pasado un año del asesinato del influyente general iraní Qassan Soleimani, abatido con un dron por la Casa Blanca en el aeropuerto de Bagdad.
La llegada de Biden a la Presidencia también ha provocado cambios en Arabia Saudita, país que se ha beneficiado con las políticas del presidente Donald Trump, ya que Riad junto a los líderes de cuatro países del Golfo Pérsico dejaron sin efecto un embargo que mantenían contra Qatar desde hacer tres años.
El Gobierno saudita, y sus socios de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Kuwait y Omán, acusaban a Qatar de financiar a grupos islamistas y de acercarse a Turquía e Irán.
Con la firma del pacto de Viena, Irán se comprometió a enriquecer uranio hasta un 3,67%, pero lo llevó en la actualidad a un 4,5%
Biden, quien tomará posesión de su cargo el 20 de enero, ha dicho que piensa volver al acuerdo nuclear de cinco más uno con Irán, del que Estados Unidos se retiró el 8 de mayo de 2018, firmado también por Francia, China, Reino Unido y Rusia, más Alemania.
De todos modos, el mandatario electo advirtió que busca endurecer y alargar las limitaciones nucleares de Irán, así como abordar el programa de misiles.
En este escenario, Teherán anunció que comenzó el lunes a enriquecer uranio hasta en un 20% en una instalación nuclear subterránea de Fordo, en la provincia de Qom, ubicada a 156 kilómetros al sudoeste de Teherán, vulnerando el pacto firmado en Viena el 14 de julio de 2015.
“Lo que Irán está haciendo es maximizar el tiempo que le queda antes de que Estados Unidos comience con una especie de intento de volver a generar un acuerdo para evitar el enriquecimiento de uranio”, dijo a Télam Juan Battaleme, especialista en defensa, política exterior y ciberseguridad.
El analista, que es docente en Relaciones Internacionales en la Universidad de Buenos Aires, opinó que “generar un nuevo acuerdo con Irán es muy difícil, por lo que esta situación le da la chance a Teherán de acelerar su plan nuclear”.
“La pregunta es qué van a hacer Israel y Arabia Saudita. Si bien Riad tiene un acuerdo con los paquistaníes, en caso de que Teherán devenga en potencia nuclear, hay que ver cómo responderá Israel”, señaló.
Con la firma del pacto de Viena, Irán se comprometió a enriquecer uranio hasta un 3,67%, pero lo llevó en la actualidad a un 4,5%.
El uranio enriquecido se puede utilizar para fabricar combustible de reactores, pero también para armas nucleares con una pureza del 90%, según informes de la cadena BBC.
Para Mario Sznajder, profesor emérito en Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén, “la política de Irán siempre ha sido sofisticada”.
La medida, anunciada esta semana por Teherán, ocurre tras cumplirse el 3 de enero pasado un año del asesinato del influyente general iraní Qassan Soleimani, abatido con un dron por la Casa Blanca en el aeropuerto de Bagdad
“En este caso, Teherán se acerca mucho a una distancia de pocos meses de un arma nuclear y tiene en sus manos una carta negociadora frente al Gobierno de Biden (y a todos los firmantes del acuerdo nuclear con Irán) con la que pueden negociar el cese de las sanciones”, dijo el analista.
Sznajder recordó que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró en una oportunidad que su país no permitiría que Irán tenga armas nucleares.
El vicepresidente iraní de Relaciones Exteriores y negociador nuclear, Abas Araqchi, explicó que el levantamiento de las sanciones es “un pilar” del acuerdo de Viena, llamado Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés).
El asesinato de Soleimani aumentó las diferencias que ya existían desde hace décadas entre Washington y Teherán. Esta semana, un tribunal iraquí emitió una orden de arresto nacional contra el presidente Trump.
El Gobierno del presidente iraní, Hasan Rohani, prometió represalias contra el presidente estadounidense, quien atraviesa los últimos días de su mandato en la Casa Blanca, acusado por los demócratas de haber promovido el miércoles un asalto contra el Congreso estadounidense.
Además de Soleimani, Trump es responsabilizado por la muerte de un comandante de una milicia iraquí pro-Irán durante el ataque aéreo estadounidense.
Tras el asesinato del principal científico nuclear iraní, Mohsen Fakhrizadeh, ocurrido el 27 de noviembre pasado, durante un atentado por el que los líderes persas culparon a Israel, el parlamento iraní aprobó un proyecto para regresar a los niveles de enriquecimiento de uranio previos al acuerdo de 2015.
La iniciativa exige, además, al presidente Rohani que ponga fin a las inspecciones nucleares de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), si Estados Unidos no elimina las sanciones económicas claves para febrero.