Por Dardo Chiesa* – Las inundaciones han golpeado fuertemente el corazón agrícola ganadero argentino. La cuenca lechera, quizás la más productiva del mundo, se encuentra sumergida y herida a causa de dos inundaciones consecutivas en menos de un año. El problema ya no es sólo productivo sino social, primero porque golpea a los productores, los deja inertes, con pérdidas productivas y sin posibilidad de reacción, y segundo porque afecta los pueblos y ciudades del interior.
Este fenómeno no es único ni fortuito. El cambio climático es un hecho que ha venido para quedarse. Las predicciones hablan de fenómenos recurrentes e imprevistos. Quizá en una región llueva lo mismo por año, pero ahora lo hará con mayor concentración, en poco tiempo y con mayor fuerza.
Visto de esta manera, estamos frente a un problema global, y si bien los territorios son provinciales, debe haber una estrategia nacional para encarar las soluciones.
El tratamiento de los cauces, las cuencas y los desagües es un problema que traspasa a las provincias porque el agua no reconoce límites políticos. El estudio de las trazas y la realización de obras requieren necesariamente la participación de las provincias juntas y coordinadas por la Nación. Es absolutamente necesario que en todos los niveles de decisión haya una participación activa de los productores, que son quienes conocen los efectos y consecuencias de estos fenómenos.
En la agenda de trabajo debemos incluir un verdadero seguro agrícola multirriesgo que cubra capital de trabajo. Para esto hace falta en primer lugar tener un análisis de riesgo de todo el país, que no tenemos, por eso las primas son excesivamente caras.
Una ley de emergencia de acuerdo a las circunstancias, con un fondo de ayuda actualizado a los tiempos. Hoy los $500 millones corresponden a valores de 2009. El sector contribuye con valores de hoy, y las pérdidas son todas a valor actual.
Habrá que estudiar el modelo productivo argentino, incentivar la rotación de cultivos que tengan más consumo de agua, favorecer las rotaciones ganaderas que le dan más estabilidad al sistema.
Todo nos hace pensar que este problema no es sólo la realización de obras de infraestructura. Es mucho más profundo, mucho más complicado.
Éste será un año político, signado por las campañas electorales, no debería ocurrir ni que el debate ni que las soluciones se pospusieran. Es indispensable la participación de los públicos y privados para que los acuerdos y soluciones comiencen de inmediato, y es una tarea de coordinación que le corresponde a Nación. Desde CRA, como entidad federal, esperamos la convocatoria a la participación.
* PRESIDENTE DE CONFEDERACIONES RURALES ARGENTINAS