Por Daniel Armando Vogel | DIRECTOR – Buen domingo para todos. Mientras despedimos el otoño con una jornada fresca precedida por un fuerte viento de ayer sábado, nos prestamos a recibir mañana un verano que no supera los 30 grados de temperatura.
Previo a la llegada de la estación estival, vimos y oímos como nuestras calles céntricas, se han convertido en la última semana, en una sinfonía de bocinas parlantes-rodantes en autos que las recorren haciendo notar la felicidad contenida de decenas y decenas de alumnos de colegios secundarios, que egresaron en los últimos días en un año 2020 ultra atípico en todos los sentidos, y que no les permitió “la normalidad de un festejó consagrado de fin de cursada”.
Estamos hoy entrando en la semana especial donde se conmemorará la Nochebuena y la Navidad, y por estas horas de clima navideño, todo parece un sueño. Todo el transcurso de este año parece sacado de un excelente guion de una gran película, donde por estas últimas horas, se han sumado a la trama del film, las vacunas. Una gran variedad de vacunas y todas las incertidumbres en cuanto a su efectividad, nos hacen sentir como atónitos vivíamos aquel 19 de marzo, en el Aniversario de la ciudad de Zárate, cuando el presidente Fernández nos ponía en el aislamiento social obligatorio, porque la pandemia ya era una palpable realidad en Argentina.
Un año donde indudablemente nada pasará inadvertido, donde se escribirá en la historia por décadas y décadas lo que este 2020 y el Covid-19 inscribieron para bien o para mal en los anales de la humanidad, y en la personal de cada ser viviente, tanto humano, como animal.
Cabe preguntarnos individualmente y en nuestro seno más íntimo, ¿cómo escribió el Coronavirus, a la luz de la cuarentena, del aislamiento, del distanciamiento, esta historia en nuestras vidas y, por ende, en nuestra comunidad?
Pienso y es una percepción muy personal, que hoy estamos más vulnerables que aquél 19 de marzo. Hoy vemos como la sociedad se ha distendido, casi displicentemente. Y, aunque se prohíban las reuniones de más de 10 personas, estas existen en Zárate nos guste o no, y existen sin cuidados preventivos. Seamos sinceros con nosotros mismos.
Partamos de la base que es imposible que el municipio pueda controlar todo tipo de fiestas o reuniones de más de 10 personas que se realicen en el ámbito de nuestro Distrito. Imposible. No tiene ni personal, ni recursos móviles, ni la capacidad logística para hacerlo.
Entonces, si partimos de ese concepto y del hartazgo o falta de criterio a la hora de una celebración, principalmente en el grupo juvenil de realizar encuentros y cuidarse dentro de ellos, bien podemos afirmar juntos que hoy, estas actitudes livianas de cuidados nos ponen en mayor riesgo, que cuando aquel 19 de marzo, hace nueve meses, iniciábamos la cuarentena eterna en la Argentina.
En estas fiestas de esta semana, todos queremos ver a nuestros familiares, todos tenemos un familiar de la tercera edad algún abuelo una abuela y también, algún ser querido en edad de riesgo y/o con enfermedades preexistentes, que los exponen a consecuencias graves, hasta la vida misma.
Entonces, pasemos una feliz Navidad, vivamos una Nochebuena “cerca” de nuestros seres queridos, pero con muchísimo cuidado, porque el enemigo es invisible y muy letal, no deberíamos menoscabar su poder.
Recordemos el nacimiento de Jesús, qué es la esencia misma de la Navidad.
Agreguemos al pedido tradicional de estas fiestas, más allá de amor, paz y felicidad como pedimos todos los años comunes, que este 2020 se sume la esperanza para todos.
Feliz Nochebuena, feliz Navidad para todos. Todos, a cuidarnos.
AL QUE LE QUEPA EL SAYO...





