Por Daniel Armando Vogel – Hola, buen día y feliz domingo para todos. Una vez más, el sol se esconde en esta mañana de domingo de agosto, mientras lentamente nos acercamos al final del invierno. Disfrutemos de un clima un poco más cálido en cuanto a la temperatura.
Hoy hablaremos no de la temperatura climática, sino de la temperatura humana, en esta columna de reflexión dominical.
Hace poco más de una semana, la ciudad de Zárate se conmocionó por el asesinato de un joven comerciante. Franco Russo fue asesinado a tiros en la entrada de su negocio tras un período de disputas vecinales y un presunto enfrentamiento previo que culminó con la trágica muerte del joven de 30 años.
Se cumplen 60 días desde la desaparición de Loan, un niño de 5 años en Corrientes, cuya trágica situación ha ocupado innumerables horas en la televisión, así como en la radio y en las portadas de los periódicos argentinos.
En la semana transcurrida, la noticia ha cobrado fuerza y ha colocado a un ex presidente en el centro de una cita que, sin temor a equivocarnos, podemos describir como de barbarie. Un tema del que habla todo el mundo y que nos deja anonadados, con información que se difunde rápidamente por todos los canales, todas las radios y todos los periódicos, no solo nacionales.
Ahora bien, aquí abordamos la temperatura del debate editorial al que me refería anteriormente, el cual lleva años discutiendo temas relacionados con la miseria humana y la violencia.
El asesinato de Franco nos ha conmovido profundamente. Todos conocían al mago y a su padre carnicero, y los tres protagonistas estaban de alguna manera vinculados a nuestra empresa, tanto comercial como personalmente. Fue doloroso enterarnos de que una disputa entre vecinos resultó en la trágica pérdida de un joven.
Nos entristece saber que Loan no ha sido encontrado. Que la justicia no lo está buscando activamente. Que existen padres, abuelos, hermanos, tíos que podrían estar encubriendo lo ocurrido, complicando el trabajo de la justicia para descubrir la verdad, o que, en última instancia, esto haga que el proceso sea más difícil y el tiempo transcurra diluyendo la situación en el ámbito social.
La conducta de un presidente que abusa y golpea a su esposa, a pesar de la investidura conferida por el pueblo argentino, y que se proclama defensor de las mujeres y opositor a la violencia masculina, es claramente despreciable y condenable, tanto en lo humano como en lo personal.
Podría preguntarse por qué relato esto, y es simplemente porque estos temas rara vez ocupan espacio o tiempo en Multimedios EL DEBATE.
No es algo de hoy, sino parte de una línea editorial que adoptamos hace años, cuando afirmamos y continuamos defendiendo que, mientras algunos trabajan por la muerte, hay muchas personas, a menudo anónimas y desconocidas, que se esfuerzan por la vida.
Y ahí vamos en EL DEBATE. A esas docentes que educan a sus alumnos con el cariño de una segunda madre, a pesar de las crecientes dificultades para hacerlo. A los médicos y científicos que se dedican a investigar y estudiar formas de mejorar la vida de sus pacientes y de la humanidad, buscando darles una mejor calidad de vida.
A los deportistas, a la cultura, a los trabajadores, a las personas con discapacidad, a los enfermos que se aman y buscan con esfuerzo y trabajo, dar pequeños pasos para mejorar su calidad de vida y brindar felicidad a más personas.
La fascinación por la muerte y el dolor de los otros, casi nunca es saciada. Conocer lo que sucede en la intimidad o en la privacidad de las personas se ha convertido en un interés cada vez más apasionado para aquellos a quienes les gusta saber que incluso los poderosos luchan, se enfrentan y se detestan.
¿Quién no cuidaría a un niño que la vida le ha regalado, ya sea hijo, hermano, sobrino o nieto? Siempre se le desea lo mejor, se le protege y se ruega a Dios por su bienestar y desarrollo.
Existe otro mundo, uno mejor, al menos así lo percibimos aquí; un mundo en busca del amor, de la comprensión y tolerancia entre pares, un mundo que persigue la vida y su máxima calidad mientras exista en este plano.
Por esa razón, no dedicamos espacio a contenido sensacionalista en nuestras páginas, portales ni en la radio.
Ya hay suficientes lugares donde encontrar estos contenidos. EL DEBATE se mantiene al margen, quizás en contra de la corriente y del negocio, pero con el objetivo de que nuestros lectores, aunque no sean tan numerosos por los contenidos que ofrecemos, pero los que nos siguen saben, que pueden hallar aquí material que les inspire a vivir una vida mejor.
Que tenga buen domingo.
AL QUE LE QUEPA EL SAYO…
