Tiene 23 años y es oriundo de José C. Paz. Participó en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, donde ganó una medalla de plata. Cómo llegó al deporte que combina natación, esgrima, equitación y carrera con tiro.
El pentatlón moderno es sinónimo de Juegos Olímpicos. De hecho, es una creación del Barón Pierre de Coubertin, mentor de los juegos de la modernidad. Y en París 2024, Argentina estará representada en este deporte que por ahora combina la natación, la esgrima, la equitación y el tiro deportivo con las carreras. Por ahora, porque en Francia se despiden los caballos.
Franco Serrano tiene 23 años y en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, en octubre del año pasado, logró la plaza olímpica. Desde entonces, tener la clasificación asegurada le permitió enfocarse ya en los Juegos de París y le dio la chance, por ejemplo, de trabajar “la mayor acumulación de gestos de calidad posible”.
“No es hacer mucho, sino hacer bien la mayor cantidad de veces algo que involucre cuerpo y mente”, le explica Serrano a la agencia DIB. “No quiere decir salir a correr 50 kilómetros, sino correr tantos kilómetros a tal ritmo, la mayor cantidad de veces en un tiempo o en una temporada corta”, grafica. “En estos meses tuve la oportunidad de poder hacer este tipo de sistema de entrenamiento”, cuenta de cara a su debut olímpico del 8 de agosto.
Serrano es de José C. Paz y repasa cómo puede ser una semana de trabajo, según el ciclo en el que esté: seis días de entrenamiento de carreras; cuatro o cinco veces natación; cuatro sesiones de gimnasio; tres sesiones de esgrima; dos o tres de equitación. “En las cargas, por lo general se pone el foco en la disciplina que más se necesita mejorar, o en aquella que se está buscando algún objetivo más importante”. Además, como parte de su entrenamiento, también participa de competencias de cada una de las disciplinas que combina el pentatlón moderno.
El pentatlón moderno
Serrano comenzó a nadar desde muy chico, a los 3 años. Tenía 11 años cuando desde la Federación de Pentatlón Moderno se contactaron con su club, el Estrada de José C. Paz, para que conozcan el pentatlón. “Éramos como 60, un montón. Nos hicieron probar el deporte. Fue una competencia en el Colegio Militar de Palomar, 50 metros libres de natación y correr mil metros. Primero competíamos los más chiquitos y después nos quedábamos jugando, mirando también a los más grandes, que hacían todas las disciplinas. Y el deporte me fue atrapando, me gustó verlo de chico, y después fui probando las otras disciplinas”.
En sus competencias, Serrano primero cosechó algunos cuartos o quintos puestos, luego llegaron los podios y poco tiempo después, los triunfos. Y así, cuando andaba por los 13, fue convocado para ir a entrenar al Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo). La invitación no era solo para conocer a los chicos más grandes. “También era para probar tiro y esgrima”.
Es que el recorrido es el siguiente: quienes comienzan en el pentatlón moderno, se inician con natación y carrera. Luego se incorporan la esgrima y el tiro. “Me gustó. No es que me moría de ganas por ir a hacer tiro, pero siempre me dio curiosidad aprender cosas nuevas. Al principio solo practicábamos tiro y aparte corríamos, después pasamos a la prueba combinada (laser run). Entrenarlo es divertido, la combinación de carrera y tiro es una de las disciplinas más divertidas”. Y con el tiempo, para la práctica de esgrima, sumó sus entrenamientos en el Club Francés.
Las cinco disciplinas del pentatlón moderno
Serrano había comenzado con la natación y las carreras, luego sumó la esgrima y el tiro, y en 2017 empezó a montar. Pero en aquel momento todo apuntaba a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018. Él fue parte de la delegación argentina y logró una medalla de plata en la prueba mixta y fue 15º en la individual. Pero en Buenos Aires 2018 no había equitación; el pentatlón moderno se limitaba a cuatro disciplinas.
“Me gustan todas las disciplinas”, le cuenta a DIB. “El penta tiene eso: cuando uno se va perfeccionando en cada disciplina, empieza a agarrarle el gustito a todas, a las cinco”. Y analiza: “Es un deporte que pareciera que nunca se termina de aprender. Todavía soy chico, es un deporte que requiere mucha experiencia. Me da la sensación de que van a seguir pasando los años y me va a seguir apareciendo algo para mejorar y descubrir”.
A Serrano le gustan las cinco disciplinas. Pero nunca se le dio por dedicarse solo a alguna de ellas. “Siempre me gustaron todas y las practiqué con las mismas ganas todas. No las mejoré al mismo tiempo. Cada uno, cada cuerpo, cada atleta manifiesta las cosas de distintas maneras. Cuando uno va creciendo, se van desarrollando distintos aspectos y eso el deporte lo va mostrando”.
Los Juegos Olímpicos de la Juventud
En los Juegos de la Juventud de 2018, “era chico pero me daba cuenta de todo”, cuenta Serrano sobre aquella participación. “Me llevo muchas cosas de ese proceso, no fue solamente el torneo. Fue todo el proceso de entrenar, de intentar clasificar. Teníamos una plaza asegurada, pero como era una plaza, hasta un mes y medio antes de los Juegos, estuvimos competiendo palo y palo con chicos de acá. Nos llevaban a todos lados y no era que ganaba siempre el mismo: había un torneo que ganaba yo, otro que ganaba otro, así hasta que clasifiqué yo, un torneo antes de los Juegos”.
Y profundiza sobre aquella experiencia: “Fue un proceso lindo pero duro para muchos chicos. En un momento creo que éramos como veinte varones, o más. Se hacían campus en el Cenard y en las provincias. Éramos cinco o seis que estábamos siempre ahí. Y de veinte, quedaban quince, después diez… y yo iba entrando; nos marcó para toda la vida. En la instancia final se conformó un grupo de cuatro chicos y chicas y en ese corte mi hermana Belén se quedó quinta. Después quedamos solo dos varones y dos mujeres y ahí era a los bifes. Ese proceso lo vivimos desde los 15 hasta los 17 años. Fue tremendo, éramos chicos y las competencias eran igual a las que tengo ahora de adulto, o un poco más duras todavía”.
Sin embargo, Serrano no se terminó de enganchar con el pentatlón ahí. Se había enganchado antes: “Ya en 2015 o 2016 lo hacía con la misma pasión que lo hago hoy. Nunca tuve dudas del deporte porque me gustó siempre. Los Juegos fue un proceso, un proceso que se cumplió en ese momento y así como terminó, empezó otro proceso. Después de Buenos Aires, los Juegos Panamericanos de la Juventud de Cali, que también logré clasificar. Y así como se terminó el proceso de Cali, empezó el proceso de los Juegos Panamericanos de mayores en Santiago: clasifiqué y ahí conseguí la plaza para París. Y ahora estoy en el proceso para competir en París”.
Presente en los Juegos Olímpicos de la Juventud, no obstante, el sueño de los Juegos Olímpicos de mayores está desde siempre. “Desde que tengo 10 años que veo los videos de las olimpíadas”, le dice a DIB. “De chiquito veía natación, que era lo que me gustaba. Tengo recuerdos de tener 6, 7 años y mirar en YouTube o en la tele videos de torneos de natación. Lo de 2018 fue cumplir un sueño que me tocó de chico, pero nunca perdí la ilusión y el sueño de estar en una olimpíada de mayores”.
El pentatlón moderno, “un proceso”
Engancharse con el pentatlón moderno, a decir de Serrano, “es un proceso”. “Hay deportes que son de una disciplina: ves a alguien correr y te das cuenta de que te gusta correr. O ves a alguien andar en bici y descubrís que te gusta el ciclismo. En cambio, como el pentatlón combina disciplinas, hay que probar, probar y probar. Quizá al principio no te gusta nada, hasta que en un momento se le va agarrando la mano a una disciplina, después a la otra y así se va sumando. El pentatlón es un deporte que necesita un proceso, hay que tenerle paciencia para encontrarle el gustito”.
Maltrato animal
Un episodio de maltrato animal durante los Juegos Olímpicos de Tokio dejó al pentatlón moderno con un pie fuera de los Juegos a partir de 2028. A diferencia del fútbol o del tenis, o incluso la equitación, que tienen sus propias competencias fuertes, para el pentatlón moderno el principal evento son los Juegos Olímpicos. “Uno aspira a llegar a un Juego Olímpico”, explica Serrano.
Para su subsistencia en el programa olímpico, la Federación Internacional fue obligada a reemplazar la equitación y debía hacerlo con una disciplina que no fuera parte de los Juegos. Y se optó por una prueba de obstáculos, que deriva un tanto de la prueba de obstáculos militar.
Quienes no están clasificados para París, ya se iniciaron en la prueba de obstáculos. En cambio, Serrano todavía tiene por delante su participación olímpica, que marcará la despedida de la equitación. “Apenas terminen los Juegos, sé que me tengo que poner las pilas con la disciplina nueva. Me interesa también, me gusta”. Pero no se imagina sin la equitación: “Voy a montar toda la vida, los caballos me gustaron desde siempre. Por más que no los tenga el deporte, los voy a seguir teniendo en mi vida”.
La salida de la equitación
A diferencia de otros países, Serrano opina que en Argentina se entrena muy bien en equitación. “Tenemos un instructor muy bueno que es solo de equitación. No es instructor de pentatlón, es de equitación. Él y otras personas nos enseñaron varias cosas que hay que tener en cuenta siempre con el animal, independientemente del deporte. Hay cuestiones básicas del caballo que en nuestro deporte no se estaban cumpliendo a nivel global. Hay muchas cosas, accidentes u otros problemas, que pasaron con los caballos pero en realidad la culpa la tenemos nosotros, los humanos. Para mí la equitación podía seguir sosteniéndose, pero tenían que cambiar muchas cosas, se tenía que abordar de otra manera”.
Por un lado, seguramente, la cuestión presupuestaria. Es que a diferencia de la equitación, en la que cada participante compite con su propio caballo, en el pentatlón moderno los caballos son provistos por la organización. “Muchas veces pasaba que el armador de pista trazaba un recorrido complicadísimo, los caballos no tenían el nivel para resolver lo que se les pedía, y encima nosotros, los de pentatlón, no somos jinetes expertos, sino básicos. Me ha tocado competir en lugares donde el caballo, pobrecito… Rezaba para que se ilumine y resuelva lo que le estaba planteando. Pero últimamente estaba pasando eso, no sé cómo no se mató nadie. Sin embargo, pasaban estas cosas, con gente mirando y nadie decía nada, y al otro torneo era lo mismo. Así la pagamos con esto”.
Las expectativas en los Juegos Olímpicos
¿Las expectativas? “Estoy entrenando para el mayor de los logros, que es la medalla de oro, nunca se aspira a menos. Planificamos estar en la final, aunque también estoy preparado para que no pase. A los Juegos Olímpicos uno va a ganar, pero todo aquel que está al lado de uno quiere lo mismo. Estoy entrenando a fondo y de la mejor manera, pero sé que todos se están entrenando a fondo, y todos vamos con todas las expectativas”.
Entrenamiento itinerante
Serrano se entrena en el Cenard, en la pista, y al lado de esta está el polígono de tiro, “que tiene la altura que tiene que tener, el tornillito para colgar el blanco, la mesa y el piso bien, todo nivelado, es el ideal”. También allí tiene la pileta y sala de esgrima.
En el Cenard podría entrenar todo menos equitación, aunque le queda lejos. Cerca de su casa, en José C. Paz, está Almacuática Complejo Deportivo, donde se entrena natación y la preparación física. Esgrima practica en el Cenard o en el Club Francés, y equitación, en Merlo. Los entrenamientos de carrera pueden ser en los bosques de Palermo, o si no cerca de su casa, la colectora de la ruta 8 en Del Viso: “Es hermosa para correr, calle de tierra, pasto”.
El Ejército y la Universidad
Serrano ingresó al Ejército como deportista. El Ejército le brinda apoyo económico y la posibilidad de representar a la institución en torneos civiles y militares. Por otro lado, estudia Licenciatura en Administración en la Universidad Nacional de Luján. (DIB) GML
Por Gastón M. Luppi, de la redacción de DIB