“Fuimos un equipo que fue creciendo a la par del torneo”

Tras la consagración en Bragado del Campeonato Provincial con la selección U13, el técnico de los combinados de Zárate-Campana, Juan Negro dialogó con EL DEBATE, donde se refirió a la importancia del logro y también el rendimiento que tuvieron sus dirigidos.

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Hace algunos meses atrás había estado cerca con los U15, donde terminó en el segundo escalón del podio. Pero ahora sí tuvo su revancha personal y como hace cuatro años, Juan Negro pudo guiar a la Asociación Zárate-Campana a título Provincial de Selecciones, ya que el pasado fin de semana se consagraron con la categoría U13 en la localidad de Bragado. Ya instalado en Zárate, Juan Negro dialogó con EL DEBATE, donde analizó la consagración.

– ¿Estás más tranquilo, más sereno, pero la alegría interna perdura, principalmente porque no es un logro que se dé comúnmente para la Asociación Zárate-Campana?

– El disfrute de cualquier título, siempre vale y es bueno. Pero creo que esta consagración llegó en un momento justo. Por la Asociación, por los chicos que juegan al básquet de cada club y por todos los que trabajan día a día por tener un básquet mejor. Necesitábamos un empujoncito como este título Provincial.

– El equipo fue creciendo partido a partido. Si bien tuvieron un difícil debut ante Junín, el rendimiento general se fue elevando con el correr de la competencia.

– Sí, sabíamos que teníamos que meter el primer partido ante Junín, porque eso nos permitía rápidamente que se nos abra una posible clasificación a las semifinales. Después usamos los dos juegos del viernes, para buscar el equipo que encare las semifinales. Mientras el resto de los rivales estaba buscando como iba a jugar, nosotros lo encontramos rápidamente. Los dos cotejos del viernes ante La Plata y Chivilcoy, fueron como una preparación para disputar la segunda fase. El camino fue de crecimiento. El pico máximo lo tuvimos en las semifinales, pero fuimos un equipo que fue creciendo a la par del torneo.

– Es una categoría difícil de evaluar o de pensar de antemano que podés ser campeón, debido a que se juega por cuartos y que son chicos de 13 años, con muchos altibajos de un juego a otro.

– Es cierto. Por eso cuando armamos este equipo, tuvo integrantes que muchos no esperaban. Teníamos hecha la estadística de cada entrenamiento y evaluábamos quiénes eran los más regulares. Tras finalizar cada práctica, con el cuerpo técnico elegíamos quienes serían los doce elegidos de ese entrenamiento. Y finalmente elegimos los más regulares, lo cual nos dio la posibilidad conocernos en la preparación y en competencia. Por edad, por el vértigo y por diferentes sensaciones, es común que los rendimientos cambien de un cuarto a otro. Por suerte, eso lo pudimos resolver y salió bien.

-Recién hablabas de que el pico máximo de rendimiento fue en semifinales. ¿Te sorprendió eso, teniendo en cuenta que enfrente estaba Bahía Blanca y que por momentos fueron muy superiores basquetbolísticamente?

-Creo que todos los que estaban en el torneo pensaban que se iba a dar otro juego, menos nosotros. Sabíamos que, si cumplíamos tres aspectos bien hechos, podíamos ganar y bien. No digo los 15 puntos finales o los 21 que les llegamos a sacar, porque es una diferencia irreal. Le paramos el contragolpe, los obligamos a jugar estacionado en los dos tableros y tuvimos la paciencia para generarle rachas adversas. Fuimos proponiéndonos rachas muy cortas, hasta que en el tercer cuarto los quebramos, pero con cuidado porque era Bahía Blanca. La verdad que el mensaje lo entendieron perfecto. Lo habíamos practicado ante del Zonal y los repetimos en el entrenamiento previo a esa semifinal.

– Y en la final ante Mar del Plata se dio de manera adversa, ya que casi siempre fueron abajo por 3 o 4 puntos. Tuvieron la inteligencia de no despegarse para dar el golpe en el momento justo.

– Para esa final tuvimos una preparación técnico-táctica muy corta. Casi nada. En sólo once horas, nos bañamos, cenamos, dormimos, desayunamos y estábamos de nuevo en la cancha. Mar del Plata era bastante parecido a nosotros. La clave era esperar el momento y llevar el juego corto. Y aprovechar esa oportunidad para darlo vuelta. Podía ser en el tercer cuarto o en el último. Sabíamos que se iba a llegar. En un momento se nos fueron a siete puntos, pero seguimos por el mismo camino y ese momento llegó en los últimos dos minutos.

– Muchas veces se dio dentro de la ABZC, que hay buenas camadas en U13, U15 y luego terminan desapareciendo. El ejemplo claro que el Provincial ganado anterior en el 2013, donde había muchas expectativas en esos Infantiles y hoy la mayoría dejó de jugar al básquet. ¿Creés que ahora puede ser diferente?

– Esta camada tiene menos potencial técnico-táctico que esa camada, pero los veo con mayor actitud hacia el deporte, hacia lo que quieren en la vida. Los veo más pasionales. Igualmente sabemos que estamos dentro de ese problema.

También les pasa a otras Asociaciones como Junín. Eso tiene que ver con varios factores. Uno es el poco desembarco de Juveniles en Primera División, la ida a estudiar, la situación familiar adversa o simplemente no encontrar la madurez afectiva en los clubes. Muchos terminan abandonando el deporte. Esa camada tuvo mucha competencia de chico y en la adolescencia se terminaron cansando de todo. Es un trabajo que debemos hacer desde nuestro lugar, desde los clubes y también desde las familias para que no se repita.