Gracias a una nueva investigación, se pudo constatar que las células adiposas tienen reloj biológico

El descubrimiento es importante, porque puede aclarar cómo cambia el metabolismo humano a lo largo de las 24 horas y explicar por qué el organismo procesa de forma diferente los alimentos de día y noche.

El hallazgo es responsabilidad de un equipo de investigación dirigido por el doctor Jonathan Johnston, de la Universidad de Surrey (Reino Unido). Estos científicos han comprobado que las células que componen nuestro tejido graso (los adipocitos) poseen su propio reloj interno, que contribuye a fijar sus ritmos circadianos e influye en funciones metabólicas básicas.

Aislados y en observación

Para llegar a esta conclusión, Johnston y sus colegas recogieron muestras de grasa corporal de siete voluntarios que, después de seguir una rutina de horarios rigurosos durante varios días, fueron aislados por completo del exterior. La idea era que no supieran si era de día o de noche y vieran trastornados sus ritmos circadianos, que responden en gran medida a los cambios lumínicos que se suceden.


Cabe recordar que los trastornos del reloj biológico se han vinculado en numerosas investigaciones a problemas de salud y a una mayor probabilidad de ser obeso. Desajustarlo es muy perjudicial para el organismo. 


En su aislamiento, los sujetos del estudio pasaron 37 horas sometidos a una rutina en la que no experimentaron los cotidianos ciclos de luz-oscuridad, sueño-vigila y comida-ayuno.

Los investigadores descubrieron que en los adipocitos se producían cambios suscitados por estos genes, y que tales variaciones eran independientes de factores externos como la luz y la alimentación.
Según Johnston, especialista en cronobiología, “esta es la primera vez que se identifican este tipo de ritmos en la grasa humana. El tejido adiposo no sirve sólo para acumular el exceso de energía, juega un importante papel metabólico”.

Fuente: Muy Interesante