Por DANIEL A. VOGEL – Hola, buen día, ya estamos en primavera. Todo florecerá en este tiempo, en el que es popular la creencia de que es la estación más linda del año. También “florecerán”, además de los árboles, las alergias, que los zarateños en su gran mayoría padecemos por tener un entorno arbóreo, fuera de contexto autóctono, con los plátanos que, para nada, nos hacen bien.
Bueno, hace décadas que venimos pregonando, o que ingenieros y especialistas plantearon, sugirieron y proyectaron reemplazar por otras especialidades de árboles autóctonos, más amigables con su ambiente y los vecinos que, por estos lares, quieren respirar sanos.
Pero bueno, como diría el presidente, no hay plata. Generaciones futuras, seguro que podrán desfrutar esa inversión pública que nos haga a todos los zarateños, poder vivir felices y sin tantos histamínicos.
Y también ayer, fue el día del estudiante.
Bregamos por recuperar el modelo de estudios donde nuestros jóvenes puedan capacitarse en igualdad de condiciones pero que también, la nefasta idea de la no premiación al esfuerzo, con esta política educativa de la no repetición, sea una mala experiencia ideológica que se revierta con los premios y castigos, que cualquier sociedad moderna debe tener en cada una de sus áreas.
Pero, en vísperas, también fue el día de los jubilados, o como ahora se acostumbra a decir, de los adultos mayores, ya ni llamarlos de la tercera edad.
Poco por celebrar de nuestros laburantes que llegaron a la edad de descanso y que en este país hace décadas que, cualquier gobierno que esté, del color e ideología que sea, les ha metido la mano para lacerar sus ahorros y desfinanciar el sistema que, por estos días se observa vaciado, y por ende, no pueden tener dignamente después de una vida de esfuerzos, el mínimo para vivir sus lindos años con dignidad.
Hablando de celebraciones y días especiales, me quiero detener en una que va a ocurrir en la semana que se inicia. Transcurrieron 20 años desde que un vecino de nuestra ciudad tenía una idea. Luchaba para hacernos entender que “El Cáncer es una enfermedad, no el final de la vida”
Luis Rafat, hoy ya no está entre nosotros. Pero su idea, prédica e impulso se mantiene vivo e intacto y se llama RENACER ONCOLÓGICO quienes, celebrarán dos décadas de incansable trabajo, desde apoyo y contención, concientización y atención “cuerpo a cuerpo” con asistencia a pacientes y familias, hasta con medicamentos, prótesis, tratamientos, etc.
Se realizará el próximo sábado en el Club Náutico Arsenal, la conmemoración en un encuentro muy especial de la entidad y profesionales, familias y pacientes, que contarán experiencias de “esa enfermedad” tan especial que a pocos les gusta hablar ni escuchar de ellas, pero que está al acecho siempre, para cualquiera sin importar su condiciones social, económica, edad, color de piel o sexo.
Por último y antes de despedirme, en sintonía con lo que venimos hablando, regresó en las últimas horas al país el Intendente Marcelo Matzkin con el resultado positivo, trayendo el compromiso de un mamógrafo “debajo del brazo” para la ciudad de Lima que tiene, en sus barbas, las dos centrales nucleares de Atucha.
Viajó con ese objetivo, entre otros, motivado hasta Viena, en Austria, para participar de la Cumbre de Municipios que tienen plantas nucleares en su territorio. Misión cumplida, el moderno equipamiento, tan necesario para prevenir cáncer de mamas, llegaría antes de fin del presente año.
Bueno, nos vamos despidiendo, esperando al promediar el domingo, lluvias. Igualmente, que tengamos el mejor domingo todos.
AL QUE LE QUEPA EL SAYO…