“El hombre sentado” es el boceto más antiguo conocido hasta la fecha del creador de la Capilla Sixtina y una de los pocas piezas que sobrevivió a su obsesión por destruir las que no le gustaban.
1989: un hombre acude a una subasta y se hace con el dibujo El hombre sentado. Hasta aquí, todo normal. Las alarmas saltan cuando la compra llega a oídos del reconocido historiador de arte Miles Chappell, que sólo necesitó ver la obra para sospechar que podría tener el sello de Miguel Ángel.
El comprador, que quiere mantener su identidad oculta, no dudó en mostrárselo a Timothy Clifford, director de las Galerías Nacionales de Escocia hasta 2006 y uno de los mayores especialistas del Renacimiento. Cuando lo vio, investigó el caso y no tuvo duda: tenía el sello del artista. No sólo eso, sino que está convencido de que lo realizó con 12 años.
El hombre sentado será expuesto por primera vez en público el próximo 30 de junio en el Museo de Bellas Artes de Budapest, dentro de la muestra “El triunfo del cuerpo”.
Dibujado con dos tonos de tinta marrón, El hombre sentado mide 22 por 15,3 centímetros. La figura lleva una toga y parece estar sentada en un trono, mientras sostiene un cetro.
No es la única obra de Miguel Ángel con la que se topan los ojos de Clifford: en 2002 ya había descubierto un dibujo del genio en un candelabro que halló en el interior de una caja del neoyorquino museo Cooper-Hewitt.
Fuente: Clarín