Investigadores del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de San Juan encontraron una atípica acumulación de fósiles que no tiene precedentes en el país.
Esto revaloriza el hallazgo en cuanto a la rareza y la potencialidad de información que se puede obtener. El descubrimiento del “cementerio” se hizo en el Parque Ischigualasto, en la base de las barrancas coloradas, en la parte final del circuito.
Los investigadores dieron con una “cama” de huesos de un espesor de 80 cm que corresponden a esqueletos desarticulados.
Según una de las descubridoras, la doctora Cecilia Apaldetti, “los huesos estaban desordenados: cada vértebra no estaba en su lugar, hay cráneos arriba de fémures que a su vez están al lado de una pata, pero en perfecto estado de preservación, lo que indica que no han sido comidos por carnívoros ni arrastrados por corrientes”.
Lo que los investigadores estiman que ha sucedido, evaluando el sedimento donde se contiene la “cama” de huesos, es que aparentemente ha sido una zona muy desértica con cuerpos de agua que se han ido secando. El hecho de que los huesos no estén rotos ni mordidos indica que los animales pueden haber ido muriendo normalmente, cercanos a una laguna o un río no muy caudaloso.
Quien encontró el inédito colchón de huesos fue el doctor Ricardo Martínez: primero encontró pedazos de huesos rotos y luego empezó a despejar el área con pincel; a medida que iba limpiando aparecían distintos huesos.
Hoy por hoy, hay 4 metros cuadrados por 80 centímetros de espesor descubiertos, pero pararon la expedición porque a medida que iban apareciendo más huesos, el estudio requería mayor cantidad de herramientas para continuar.
Fuente: Tiempo de San Juan