El 28 de julio es el Día Mundial de la Hepatitis, jornada de concientización que une organizaciones de pacientes, gobiernos, profesionales médicos y la sociedad civil para impulsar a nivel mundial iniciativas y estrategias para combatir el contagio y mejorar el tratamiento para las hepatitis víricas.

Frenar el contagio

El titular de la Cátedra de Infectología de la Fundación Barceló,  Dr Gerardo Laube, destaca la importancia de trabajar para lograr prevenir la transmisión materno-infantil y la primera infancia de la hepatitis tipo B, la más común actualmente. “Una mujer embarazada que tenga hepatitis B puede transmitir el virus a su hijo al momento del parto, frente a eso, la vacuna contra la hepatitis B administrada a los recién nacidos durante las primeras  horas de vida es la medida más eficaz para proteger al bebé”.

Los virus de las hepatitis tipo B, C y D, por su parte, pueden transmitirse a través de la sangre, el semen y otros fluídos corporales, con la particularidad de que el virus de la hepatitis B es varias  veces más infeccioso que el VIH1. Por último, los virus de las hepatitis A y E se transmiten muchas veces por el consumo de agua insalubre, así como por mala higiene de los alimentos y falta de saneamiento.

De estos se desprende que, con las políticas de difusión y acceso de los recursos necesarios, la sociedad en conjunto puede trabajar para erradicar la enfermedad, razón por la cual los profesionales de Fundación Barceló se suman a esta tarea de eliminar las hepatitis víricas como problema de salud pública. “El  primer paso es evitar la transmisión”, explica Laube.

Los puntos clave para la prevención 

  • Proteger a los lactantes de la infección.  Todos los recién nacidos deben  ser vacunados contra la hepatitis B al nacer y recibir posteriormente al menos 2 dosis adicionales. En el caso de aplicarse la vacuna quíntuple como está indicada en el Calendario Nacional, deben aplicarse 3 dosis (2,4 y 6 meses).
  • Detener la transmisión de MADRE a HIJO.  Todas las embarazadas deberían someterse a pruebas de rutina para detectar la hepatitis B, así como la infección por el VIH y la sífilis, para poder recibir el tratamiento necesario a tiempo.
  • No dejar a nadie atrás.  Todas las personas deberían tener acceso a los servicios de prevención, pruebas y tratamiento de la hepatitis, particularmente  aquellas con adicciones,  reclusos,  migrantes, etc.,  los  que constituyen los grupos poblacionales  más afectados.
  • Ampliar el acceso a las pruebas, al tratamiento y a la información.  Enfatizar en la difusión permanente de campañas para la información de las formas de contagio hace que se considere más el riesgo y se actúe cuando sea posible evitarlo. En casos donde el contagio ya sucedió, las pruebas de detección deben ser accesibles y rápidas, para iniciar tratamientos que mitiguen sus efectos.
  • Mantener los servicios esenciales para la atención de la hepatitis durante la pandemia.  Insistir en la destinación de presupuesto y recursos de todo tipo para asegurar que los  servicios de prevención y tratamiento de Hepatitis de cualquier tipo  no se posterguen ni retrasen durante la pandemia de COVID-19 debe ser prioridad en la agenda de salud en todo el país.

En algunas ocasiones, la hepatitis no presenta síntomas hasta varios años posteriores a la infección, y especialmente por eso el diagnóstico y tratamiento precoz gracias a la detección con estudios específicos pueden evitar graves consecuencias.

Los consejos generales que se repitieron históricamente  para frenar la transmisión de esta y otras enfermedades virales siguen vigentes hoy en día: realizar controles médicos periódicos integrales, no compartir elementos cortopunzantes, asegurarse de su desinfección, medir la sanidad del agua y los alimentos consumido, y usar preservativo al mantener relaciones sexuales.

Con la visibilización y la exposición de problemáticas de salud pública que pueden superarse con el trabajo necesario, la Fundación Barceló invita a la comunidad a tomar recaudos y contagiar conciencia para erradicar definitivamente la hepatitis en Argentina.