Como ya informó EL DEBATE, este viernes por la noche en el salón de actos de la Cooperativa de Electricidad de Zárate se realizó un encuentro donde se presentó el libro “Ser esencial” que cuenta la experiencia del hogar Sagrado Corazón de Jesús de Zárate que dirige quién fue su creador y es su sustentador el hermano Marcelo Prado.

MARCELO, EN UN HOGAR EN CALCUTA.

Atendió a Multimedios EL DEBATE en una interesante entrevista la que compartimos al final de esta nota donde desgarrado, después de contar la experiencia, pide apoyo para que no se cierre el Hogar y hasta pide “perdón públicamente si a alguien ofendió”, rogando (al Estado Municipal) que “este castigo no le sea impuesto a los abuelos”, los que con tanto amor cuida en el Hogar.

Ruega ser atendido por el intendente Osvaldo Cáffaro al solo efecto de plantearle la situación por las dos mujeres que tenía mensualizadas colaborando con la tarea del cuidado y atención de los 21 abuelos que hoy tiene internados y que no le son renovados por el municipio.

Te invitamos a ver el video que tuvo en un mano a mano con éste Multimedios y también a refrescar en otro video la historia contada en el programa de la TV pública “Ser Esencial” sobre la obra del Hogar y qué motivó un capítulo en la edición del libro que fue presentado este viernes por el padre Pepe y sus editores, en Zárate.


REVIVÍ UNA SINTESIS DEL PROGRAMA

Vale recordar las palabras que dijo Marcelo en el marco de ese acto en la CEZ cuando ante los presentes expresó “esta mañana cuando rezaba, tuve este pequeño pensamiento…”

Ante todos los presentes, así lo contó “Cuando tenía 13 años, en el hogar de las Misioneras de la caridad conocí a un hombre llamado David, un ser muy difícil, que lo había perdido todo y a causa de un accidente, había quedado postrado.

Su cuerpo estaba lleno de heridas… me resultaba muy difícil mirar y oler sus heridas, sin embargo, en sus heridas, fue cuando por primera vez vi el rostro de Cristo.

Y aquello que me generaba dolor y amargura, se convirtió en dulzura y misericordia… y desde ese momento todas mis ambiciones, se hicieron vanas.

Es así que comprendí que todos tenemos heridas y aunque las escondemos debajo de las mejores ropas finas o debajo de grandes títulos, del poder o la inteligencia, aparentando ser lo que no somos y convenciéndonos que estamos bien y felices, olvidamos el último motivo para ser feliz que, Dios nos ama tanto y aún más con las heridas que ocultamos, Dios nos ama tanto que se convirtió en uno de nosotros y fue clavado, desnudo en una cruz, mostrando sus heridas al mundo y dejándonos un recado: “que nos amemos unos a otros como él nos ama”.

Ello nos convierte a cada hombre, mujer, anciano y niño, en un “ser esencial” ya que fuimos creados por su amor y a su imagen” terminó diciendo Marcelo Prado.


MIRA LA ENTREVISTA COMPLETA