Así vive el hombre más solitario del mundo

Nadie sabe cómo se llama, aunque sus protectores le conocen como ‘el Último de su Tribu’, y posiblemente arrastre en su memoria imágenes de violencia y destrucción, una triste historia que es sólo la punta del iceberg de lo que está sucediendo en muchos lugares de la selva amazónica.

FUNAI, el organismo gubernamental para la protección de los indígenas de Brasil, supo de la existencia de este superviviente en los años noventa. Según explican, es muy probable que su tribu fuera aniquilada por pistoleros contratados por los colonos y terratenientes que invadieron las tierras a partir de los setenta. Desde entonces, este último superviviente vive solo y rechaza totalmente cualquier contacto con otros seres humanos.

“Se trató, inicialmente, de establecer contacto verbal con él, pues pensábamos que estaría muy solo” – ha explicado Fiona Watson, Directora de Investigación y Campañas de Survival, el movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas. “No respondió cuando FUNAI envió a integrantes de los pueblos vecinos para tratar de comunicarse con él. O no entendió su idioma o no quiere hablar. Rechaza claramente el contacto con cualquier persona, en el pasado incluso disparó flechas contra trabajadores de FUNAI si se acercaban demasiado”.


 

El Último de su Tribu vive en una de las regiones más violentas de Brasil, y a pesar de que se han tomado medidas para implementar la normativa legal que protege su territorio, su situación peligra. Este es el drama de muchos de los pueblos indígenas que tratan de sobrevivir pacíficamente y mantener sus costumbres en su tierra, amenazada por la deforestación y acaparamiento de terrenos.


 

Los indígenas establecieron contacto en junio de 2014 con una comunidad sedentarizada cerca de la frontera entre Brasil y Perú. Se trataba de personas fuertes y jóvenes, que contaron atrocidades sobre la masacre sufrida por su pueblo. Sin embargo, poco después del contacto, contrajeron una infección respiratoria y fueron atendidos por un equipo médico.

“La invasión de las tierras de las tribus no contactadas destruye sus recursos naturales, esenciales para su sustento y autosuficiencia”, relata Watson. “Muchos indígenas han muerto a manos de hombres armados en el Amazonas. Además, el contacto forzado y los encuentros con nuestra sociedad aumentan los riesgos de infectar a estas personas con enfermedades: un resfriado, la gripe o el sarampión pueden matarlos, ya que no tienen inmunidad contra las afecciones introducidas”.

Fuente: Muy Interesante