El colegio Robert W. Coleman, en la ciudad de Baltimore (Estados Unidos), implementa la meditación como reemplazo a los castigos y suspensiones. En esta escuela los niños aprenden a respirar y habitar el presente, siendo excelentes los resultados.
En pleno siglo XXI, la gran mayoría de los establecimientos educativos castigan o sancionan a los niños cuando se comportan indebidamente. Pero esta escuela propone innovar y basarse en la comprensión para disminuir el mal comportamiento de sus alumnos.
La meditación ha reemplazado las salidas al pasillo, expulsiones, visitas a la dirección y amonestaciones. La idea es invitarlos a meditar, conectar con ellos mismos y reflexionar sobre lo sucedido. Los resultados han sido sorprendentes: ya no suspenden a ningún estudiante más.
Iniciativas como esta demuestran lo apropiado de la meditación en nuestros tiempos
Esto puede tomarse como una moda pasajera o una cosa de “hippies”, pero lo cierto es que es una llave a un futuro más consciente y humano. A través de prácticas milenarias como el yoga es que podemos pensar y construir la educación que el futuro necesita: una más humana, en la cual se trabaje una pedagogía mente-cuerpo, y en la cual la comprensión y regulación de emociones sea lo más importante. De esta forma se enseña a los niños que lo más importante es habitar el presente con paz y felicidad, como ya lo saben los niños de la India, país donde la felicidad forma parte de los planes de estudio en muchas escuelas.
Hay mucho en qué reflexionar sobre ejemplos tan inspiradores como este. No sólo en lo que refiere a las escuelas del futuro, sino también en lo que nosotros podemos hacer para transformar nuestra realidad y educar a nuestros hijos. Porque enseñarle a los más pequeños a meditar es posible, y los beneficios serán permanentes.
Fuente: Ecoportal