A pesar que este no es el logro deportivo más importante en la historia de Independiente, este actual plantel dejó su huella no sólo por el ascenso al Torneo Federal con muchos jugadores de Zárate, sino que trasmitieron valores e identidad y fueron acompañados por mucha gente.
No tuvieron al más alto, tampoco al más rápido, ni mucho menos al más efectivo. Las estadísticas individuales del Torneo Provincial de Clubes que pasó, seguramente no hablarán de ningún jugador de Independiente de Zárate. Y es verdad, porque Independiente no es un jugador, es un EQUIPO. O una familia, como dice bien Oscar Comelli en la entrevista, sabiendo que uno da todo por la familia, más allá de ser el hijo mimado. Porque un equipo, no es un grupo de jugadores que se pone una misma camiseta. Un equipo es mucho más que eso. Es saber y entender bien, que EL TODO ES MUCHO MÁS IMPORTANTE QUE LAS PARTES. Donde el que se queda afuera de la convocatoria y se muerde los labios por querer ingresar a jugar tiene un aporte más valioso en el grupo que el goleador o la figura que se lleva todos los aplausos del público. Y eso Independiente lo tuvo y se vio. Porque jugadores como Juan Grossi, Nicolás Montero, Rodrigo Gabilondo, Luis Insaurralde, Juan Petrosino, Ennio Poggio y muchos otros; también fueron no sólo parte del plantel, sino piezas claves a la hora de apoyar, alentar y principalmente tirar todos para el mismo lado en busca de un solo objetivo. Cada uno entendió su rol a la perfección, dejando el ego personal de lado y sabiendo que esa era la única manera de dar la sorpresa. Porque cuando arrancó este Provincial, nadie ponía a Independiente entre los favoritos. Es que para la prensa en general y principalmente para la propia Federación, el “rojo” no tenía nombres de trayectoria nacional como sí muchos rivales. Garín Palacios, Pracchia, Carugatti, Pascolatt, Marrone, Laguzzi eran completamente anónimos en otras localidades. Obviamente que hoy, con el diario del lunes es mucho más fácil hablar del ascenso o subirse al caballo de la victoria.
Está claro, que lo más viejos o los que formaron parte del antiguo Independiente, recordarán logros muchos más importantes que este, como aquella victoria obtenida en la cancha de Vélez que le dio el ascenso al TNA o la temporada que siguió, donde se alcanzó el mejor resultado de la historia del club llegar a semifinales del propio TNA. Jugadores como Nélson Ingles (hoy presidente del club), Guillermo Di Battista, “Nacho” Cáceres, Edgard Merchant, Pop Thorthon, Oscar Ferrari, Martín Trovellesi, Luis Pikaluk, Fernando Portinaro, Andrés Lopresti (entre tantos otros), quedarán como los que escribieron la época más dorada del “rojo”. Pero este actual joven equipo, quizás tuvo algo que no tuvieron esos planteles y que trascendió lo deportivo: transmitir valores y sentido de pertenencia. Palabras que hoy, vuelan por el aire y muchos utilizan sin saber realmente lo que significan. Hoy, muchos hablarán o titularán que INDEPENDIENTE ESTÁ DE VUELTA. Pero no sólo regresó por el ascenso, sino también porque provocó el retorno de mucha gente que por diferentes motivos había dado un paso al costado y no iba más a la cancha. En este Provincial, Independiente recuperó no sólo la gloria deportiva, sino parte de su historia. Y eso es mucho más importante que cualquier triunfo o ascenso.
“Fue un plantel sin figura rutilantes, donde titulares, suplentes y no convocados tiraron para el mismo lado, dejando los egos de protagonismo de lado”