Profesionales de la Facultad de Ingeniería de la UNLP estudian detalladamente el consumo de energía y determinan mejoras para su aprovechamiento. Proponen la implementación de fuentes de energía renovables.
Con el objetivo de contribuir al uso racional y eficiente de la energía, en la Facultad de Ingeniería de la UNLP desarrollan programas de ahorro y eficiencia energética ideados para diversas instalaciones edilicias. Uno de los proyectos fue el diseño de un plan para el pabellón de Alta Complejidad del Hospital San Martín de La Plata. De acuerdo al estudio, de aplicarse, el consumo de energía podría disminuirse un 57%.
La identificación de indicadores energéticos se basa en un estudio detallado de la manera en que se consume la energía en las edificaciones y la determinación de mejoras para el aprovechamiento de la energía, incorporando además el uso de fuentes de energía renovables. La planificación e implementación de estas mejoras, así como el seguimiento para lograr un proceso continuo, se logra con el desarrollo de un Sistema de Gestión de la Energía (SGEn).
El ingeniero y magíster en Gestión de la Energía, Martín Arocas, junto a la ingeniera Geraldine Coria Hoffman, integrantes de la Unidad de Investigación, Desarrollo, Extensión y Transferencia (UIDET) Ingeniería Aplicada en Mecánica y Electromecánica (IAME), mencionaron que “los indicadores energéticos son utilizados para tener una mejor comprensión del impacto que tiene la aplicación de mejoras y del potencial de eficiencia energética”.
Los indicadores energéticos definidos para instalaciones hospitalarias son el indicador de consumo específico de energía por cama [MWh/cama] y el indicador de eficiencia energética (costo unitario de la energía ahorrada) [$/kWh]. El primero se utiliza para evaluar las instalaciones y equipos en los cuales priorizar la aplicación de mejoras, y el segundo permite priorizar la aplicación de las mejoras en cada instalación o equipo.
La cuantificación de estos indicadores junto con el análisis económico (en cuánto tiempo se recupera la inversión) y ambiental (cantidad de emisiones de dióxido de carbono evitadas) de cada mejora, permiten definir el orden de implementación de las medidas de eficiencia energética, lo que se traduce en un Programa de Ahorro y Eficiencia Energética (PAEE).
A partir del relevamiento de una instalación hospitalaria, explicó Arocas, “se formula un PAEE específico para instalaciones hospitalarias que permite a los responsables de éstas tomar decisiones para establecer objetivos de eficiencia energética, realizar el seguimiento de su implementación y la verificación a largo plazo del consumo de energía”.
Como caso concreto, se llevó adelante un diagnóstico en el pabellón de Alta Complejidad del Hospital San Martín. Un equipo de trabajo integrado por 15 estudiantes avanzados de las carreras de Ingeniería Mecánica e Ingeniería Electromecánica realizó un relevamiento energético, el posterior análisis de la información y la realización de informes técnicos de cada una de las instalaciones abordadas.
El pabellón cuenta con una superficie cubierta de 11280 m2 distribuidos en 7 plantas, con 40 camas efectivas. Allí se brindan los servicios de diagnóstico por imágenes, terapia intensiva e intermedia, emergencias y cirugías. En el edificio se distribuyen instalaciones y equipos concentrando una potencia eléctrica y térmica instalada de 878 kW y 1.117 Mcal/h, respectivamente. El consumo anual de energía estimado es de 3837 MWh, siendo 2980 MWh de energía eléctrica y 857 MWh de gas natural.
El edificio en estudio cuenta con diversas instalaciones que consumen energía, como el sistema de climatización y ventilación, la iluminación, el sistema de agua caliente sanitaria y diversos equipos eléctricos instalados que se clasifican en equipamiento médico, electrodomésticos y equipos ofimáticos. Si bien el hospital funciona los 365 días del año, las 24 horas, el mayor flujo de personas se da entre las 6 y las 14 hs. por lo que el consumo de los suministros energéticos es mayor en esta franja horaria.
Según la ingeniera mecánica Coria Hoffman, el consumo de energía eléctrica representa aproximadamente el 95% de la energía consumida en el pabellón, mientras que el 5% restante es aportado por gas natural.
Asimismo, detalló que el 60% de la energía eléctrica consumida corresponde al sistema de refrigeración y ventilación, el 28% a la iluminación y el resto a equipos médicos, electrodomésticos y ofimáticos. En relación con el gas natural, el 95% se consume para la calefacción del edificio y el resto para la producción de agua caliente sanitaria (ACS).
Frente a este panorama, se propusieron acciones de aprovechamiento de la energía como: reemplazo de luminarias fluorescentes e incandescentes por LED; reemplazo de motores por motores de alta eficiencia; pintar la envolvente con pintura aislante térmica; colocación de carpintería con doble vidrio hermético (DVH); e implementación de energía renovables, instalación solar fotovoltaica e instalación solar térmica.
El plan fue entregado a los responsables del pabellón destacando que, si la propuesta fuera llevaba adelante, el indicador de consumo de energía disminuiría prácticamente en un 57% respecto de la situación inicial, pasando de 96 a 41 [MWh-año/cama].
Los profesionales a cargo del relevamiento concluyeron que en la UIDET-IAME se cuenta con la capacidad de realizar estos estudios en el que se formulen PAEE específicos y que presentan la posibilidad de ser replicados en diferentes edificaciones.