En ese país, encontraron un ejemplar de mielerito, que tiene una condición llamada ginandromorfismo bilateral; tiene colores de plumaje que corresponden tanto a una hembra como a un macho.

Fue registrado por primera vez en octubre de 2021
NYT

Colombia es un paraíso para los observadores de aves. Sus ecosistemas asombrosamente diversos —que incluyen cordilleras, manglares, playas caribeñas y selva amazónica— son hogar de más especies de aves que cualquier otro país en la Tierra.

Así que cuando Hamish Spencer, biólogo evolutivo de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, planeó unas vacaciones para avistar aves en Colombia, esperaba encontrar algunas criaturas interesantes e inusuales.

Obtuvo más de lo que esperaba. Durante una salida, a inicios de enero de 2023, el propietario de una finca local llamó su atención hacia un mielerito verde, una pequeña ave canora que es común en bosques que van desde el sur de México hasta Brasil.

Pero este mielerito verde en particular tenía un plumaje muy inusual. La parte izquierda de su cuerpo estaba cubierta de brillantes plumas verde primavera, la coloración clásica de las hembras. Su lado derecho, sin embargo, era azul iridiscente, el inconfundible indicador de un macho. El pájaro parecía ser un ginandromorfo bilateral: hembra de un lado y macho del otro.

Estudio

El ginandromorfismo ha sido documentado en una gran variedad de aves, así como insectos, crustáceos y otros organismos. Pero es un fenómeno relativamente raro y poco conocido. El pájaro que Spencer vio en Colombia es solo el segundo caso conocido de ginandromorfismo bilateral en un mielerito verde, y el primero documentado en la naturaleza. (El único ejemplo previo fue reportado hace más de un siglo y fue basado en un espécimen de museo, dijo Spencer. El pájaro presentaba el patrón opuesto, con plumaje de hembra a la derecha y plumaje de macho a la izquierda).

No está del todo claro cómo se produce la condición, pero una de las teorías más aceptadas es que es el resultado de un error durante la producción de óvulos en las hembras. Las aves hembras tienen dos cromosomas sexuales diferentes, designados como W y Z, mientras que los machos tienen dos cromosomas Z. Un error durante la producción de óvulos podría resultar en dos células fusionadas o separadas de forma incompleta, una con un cromosoma W y otra con un cromosoma Z.

Si esas células fusionadas son fecundadas por dos espermatozoides diferentes, cada uno de los cuales lleva un cromosoma Z, el resultado podría ser un ave con los cromosomas WZ de una hembra en algunas células y los cromosomas ZZ de un macho en otras. “Y así se obtiene un pájaro que es mitad y mitad”, dijo Spencer.

Las fotos

John Murillo, ornitólogo aficionado propietario de una pequeña finca y reserva natural en Colombia, vio por primera vez al mielerito ginandromorfo en octubre de 2021. Se convirtió en un visitante habitual del comedero de aves de la finca, provisto de fruta fresca y agua azucarada. Cuando Spencer y su grupo de observadores de aves llegaron a la granja más de un año después, Murillo señaló al pájaro inusual y compartió algunas fotos que le había tomado.

“Son las mejores fotos de un ave ginandromorfa silvestre que he visto en mi vida”, dijo Spencer. “Pensé: ‘el mundo tiene que verlas’”.

Las fotografías fueron incluidas en un artículo que Spencer y varios otros científicos escribieron sobre el extraordinario mielerito, que fue publicado en la revista The Journal of Field Ornithology en diciembre. (Murillo fue uno de los autores).

Las características internas del pájaro siguen siendo un misterio. En algunos casos estudiados previamente (pero no en todos), los pájaros ginandromorfos han tenido órganos sexuales internos que coincidían con su plumaje externo, con un ovario en un lado y un testículo en el otro. Las observaciones pasadas dan a entender que algunas aves ginandromorfas pueden cortejar y reproducirse con éxito.

Pero este mielerito verde en particular nunca fue visto participando en ningún cortejo o comportamiento de apareamiento. Tendía a evitar a otros mieleritos verdes y a menudo se quedaba lejos del comedero hasta que los otros pájaros se hubieran ido. “El pájaro se inclinaba a ser un poco solitario”, dijo Spencer.

Aún así, parecía estar cerca, visitando el comedero de manera frecuente durante un periodo de casi dos años. “Este pájaro estuvo por ahí mucho tiempo”, dijo Spencer. “No tenía ninguna desventaja obvia, con la posible excepción de encontrar pareja”.

Por Emily Anthes (The New York Times)