Investigadores del Instituto de Química y Fisicoquímica Biológicas del CONICET llevan adelante estudios para mejorar la terapia fotodinámica, un tratamiento que produce la muerte de las células tumorales sin afectar a las sanas. Además, buscan acercar a los consultorios este método de baja toxicidad y con menos efectos adversos que las terapias tradicionales.

Federico Valli y Julieta Marino, investigadores del CONICET a cargo del proyecto.

El cáncer es la tercera causa de muerte en Argentina y decenas de equipos en el país buscan desarrollar tratamientos que permitan combatir esta enfermedad. En el Instituto de Química y Fisicoquímica Biológicas “Profesor Alejandro C. Paladini” (IQUIFIB) perteneciente al CONICET un grupo de científicos llevó a cabo una investigación que permitiría mejorar la eficacia de la terapia fotodinámica, una alternativa a los métodos tradicionales para tratar distintos tipos de cáncer.

“La terapia fotodinámica (TFD) es un tratamiento que consiste en la administración de un medicamento conocido como fotosensibilizador, el cual se le aplica al paciente a través de un gel, crema o inyectable para que se acumule en las células tumorales. Luego se irradia la zona a tratar con una luz de una longitud de onda específica para que penetre en el tejido y permita que el medicamento se ‘active’ y genere especies reactivas de oxígeno”, explicó Federico Valli, becario doctoral del CONICET en el IQUIFIB.

“Cuando el fotosensibilizador toma la energía de la luz, se la transfiere al oxígeno. Esto genera lo que se conoce como oxígeno singlete, que es una forma muy reactiva y citotóxica, es decir, que comienza a dañar a las células hasta producir su muerte. Puesto que la TFD tiene un efecto local en el área específica de aplicación de la luz, su uso clínico resulta ventajoso para lograr la destrucción selectiva de tejidos tumorales a la vez que preserva los normales”, agregó el especialista que trabaja en este proyecto bajo la dirección de la doctora Julieta Marino.

En modelos de melanoma en ratones, el equipo de investigación encontró buenos resultados: “Tras 10 días de realizar el tratamiento, se reducía en un 65 por ciento el volumen tumoral en comparación con los que no habían sido tratados. Además, en cuanto a la seguridad notamos que no era tóxico ni a nivel sistémico ni en la evaluación histológica donde se vio que ningún órgano fue afectado”, indicó la investigadora Marino en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.

DER: Muestra de tejido con melanoma sin haber recibido el tratamiento. IZQ: Un ratón siendo irradiado.

Estos resultados se lograron gracias a que, en respuesta a la terapia, se activan distintas vías de señalización celular que desencadenan respuestas celulares. “La apoptosis y la necrosis son dos mecanismos que producen la muerte celular, mientras que la autofagia activa una vía de resistencia y sobrevida, lo cual, en este caso, sería algo negativo”, diferenció la investigadora adjunta del CONICET.

“Para lograr aumentar la eficacia del tratamiento, aplicamos un inhibidor de la autofagia cuya misión es evitar este tipo de respuesta, ya que favorece la sobrevida de las células. Con dicho bloqueo, se registró esta respuesta antitumoral más eficiente que pudo ser evidenciada en el modelo evaluado”, agregó Valli.

“Nuestra idea -aseveró el bioquímico- es aportar conocimiento para que se pueda lograr la aprobación de estas terapias también en melanoma, un tipo de cáncer de piel altamente invasivo que, por el momento, no tiene un protocolo de terapia fotodinámica apto, como sí sucede con algunos tipos de cáncer de pulmón y esófago donde ya se ha comprobado su efectividad.”

Al ser un tipo de cáncer que puede ser identificado mediante una observación con un profesional de un centro especializado, esta terapia permitiría que, incluso, el tratamiento se pueda realizar sin pasar por el quirófano. La terapia fotodinámica sería ideal para este tipo de cáncer.

En el proyecto también participaron la doctora Leonor Roguin, la doctora Viviana Blank y el doctor Nicolás Chiarante. Por otra parte, la síntesis de los compuestos fotoactivables fue realizada por la doctora Cecilia García Vior y el licenciado Sergio Ezquerra Riega, pertenecientes al grupo de la cátedra de Química Orgánica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.