Se trata de sotatercep, que sirve para mejorar la expectativa de vida en pacientes con esa rara y progresiva enfermedad.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) aprobó una nueva alternativa para el tratamiento de adultos con hipertensión arterial pulmonar (HAP) del grupo 1, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se trata de una condición rara, que reduce el diámetro de los vasos en los pulmones, e impone una carga significativa al corazón. Y que, además, tiene una tasa de mortalidad del 43% a cinco años.
La molécula recientemente autorizada para tratar a pacientes adultos con HAP en Argentina había sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos el pasado 26 de marzo de este año.
Y dado que a pesar de los avances en la ciencia, la hipertensión arterial pulmonar aún es una enfermedad con necesidades insatisfechas en términos de su diagnóstico y tratamiento, la reciente aprobación del nuevo fármaco incorpora en la Argentina un nuevo mecanismo de acción para los pacientes que padecen la enfermedad, quienes tendrán más opciones para tratarse.
El medicamento, llamado sotatercep, representa un avance significativo en la lucha contra una enfermedad que, si no se trata adecuadamente, puede ser mortal. La nueva opción terapéutica promete mejorar la calidad de vida de los pacientes disminuyendo el proceso de obstrucción vascular.
Sin embargo, ningún tratamiento previene o cambia la indicación de la tromboendarterectomía, una de las cirugías más complejas que existen, indicada para pacientes con hipertensión pulmonar tromboembólica crónica.
La HAP es una enfermedad caracterizada por el estrechamiento de los vasos sanguíneos en los pulmones, lo que provoca un aumento de la presión arterial y obliga al corazón a trabajar más intensamente para bombear sangre a los pulmones. Este esfuerzo adicional puede conducir a una insuficiencia cardíaca, una de las complicaciones más graves de la HAP.
En las primeras etapas de la enfermedad, es posible que el paciente no note indicios durante meses e incluso años, o que se confundan con otras dolencias más leves como el asma. Según los especialistas, los síntomas empeoran con el progreso de la enfermedad y es allí cuando comienzan a experimentar signos que son comunes con otras enfermedades pulmonares. (DIB)