La Cámara Argentina del Libro advierte que el sector editorial demorará en recuperarse

Una semana después del inicio de la 45ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, representantes de la Cámara Argentina del Libro (CAL) dieron a conocer el informe anual de producción del libro argentino relativo a 2018. Las cifras más relevantes señalan una caída sostenida en la producción de ejemplares. De 2015 a 2018, la producción del sector editorial comercial (SEC) cayó en un 48%.

Las expectativas para 2019 no son muy alentadoras si se tiene en cuenta que, comparado con el primer trimestre de 2018, el sector comercial produjo casi un millón menos de ejemplares. De 3,68 millones en el primer trimestre de 2018 se pasó a 2,73 millones en este año. Si se lo compara con el primer trimestre de 2016 (cuando se habían producido, en soporte papel, 4,9 millones de ejemplares), el descenso es más brusco.

Integrantes de la CAL señalan que si el Estado hubiera seguido comprando libros como lo hizo hasta inicios de 2016, la caída acumulada en el sector no sería tan notoria. En 2019, el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación compró un 20% menos de libros de textos para estudiantes de escuelas primarias y secundarias.


Las novedades también se redujeron: durante el primer trimestre de 2018 se lanzaron al mercado 2287 títulos nuevos; en 2019, 1978. El número anual de novedades del SEC supera los ocho mil títulos y la estabilidad de esta cifra se explica porque las editoriales comerciales publican novedades, aunque con tiradas más reducidas.

Esto achica la rentabilidad de las editoriales y también repercute en el precio de los libros (a menor tirada de ejemplares, el costo del libro aumenta). Además, el precio del papel aumentó en 2018 casi un 80%, muy por encima del índice de inflación.


 

“Si se reactiva el consumo, la recuperación del sector será lenta”, anticipa Martín Gremmelspacher, vicepresidente de la CAL, agregando que el sector editorial comercial de España (uno de los más potentes de Iberoamérica) aún hoy no se ha recuperado de la crisis de 2008.

 

Para la presidenta de la CAL, Graciela Rosenberg, la crisis del sector editorial se extendió en 2018 de las empresas pymes a los grandes grupos, que tuvieron que recortar sus planes editoriales. “Además, los catálogos de los sellos nacionales pierden calidad porque se compran menos derechos de autores extranjeros”.

 

La CAL confirmó que la evolución del comercio exterior no era favorable para la Argentina, que ocupa el cuarto lugar como exportador de libros en español, detrás de España, México y Colombia.
Más del 50% de las importaciones corresponden a publicaciones con complementos que se comercializan en forma exclusiva.

Fuente: La Nación