El viernes pasado se realizó la Cena Anual del Grupo Esperanza que preside la docente zarateña Marita Lasallette de Navais. La ONG tiene hace 16 años amplia actividad en Campana y ahora se ha extendido, llegando a Zárate incorporando a la empresa Un Sentimiento Zarateño SRL (MULTIMEDIOS EL DEBATE) a su plan de integración de personas discapacitadas,
En la cena anual del GRUPO ESPERANZA (CASA ESPERANZA) que se realizó en el Salón de fiestas “EL PORTAL” en Campana, estuvimos invitados a ser testigos de un trabajo comunitario que le valió hace dos años a la zarateña Marita Lasallette haber llegado a las instancias finales como “La Abanderada del Año” en el anual concurso que premia Canal 13 en todo el país para tareas extraordinarias. Así es la tarea que vimos en la noche con más de 250 comensales y los protagonistas, personas mayores de edad que integran el proyecto y donde ya 23 trabajan capacitándose por el plan del Ministerio de Trabajo de Nación aprendiendo en importantes empresas, oficios y profesiones de plena integración.
La Presidenta de Casa Esperanza nos contó los pormenores: “El 8 de junio hace 16 años ya de la existencia la ONG “CASA ESPERANZA” estamos trabajando siempre. Más de doscientos invitados entre empresarios y autoridades que ayudan mucho, entre ellos estaban el intendente Sebastián Abella con su de su gabinete (área trabajo, desarrollo humano, empleo, discapacidad). Estamos siempre trabajando, y hace muchos años que hacemos la cena. La gente que nos da el lugar para hacerla ya son parte del grupo, son tan amables con nosotros.
Destacó a EL DEBATE “Es tan importante lo que hacen ustedes, que nos dan ese apoyo incondicional. Estas cosas cuestan mucho iniciarlas. Cuando encontrás gente como ustedes que nos ayudan, nos acompañan, nos dan ese apoyo incondicional. Eso para nosotros es tener un gran porcentaje ganado”.
Hubo de todo, es una familia, los papás estaban tan integrados como nosotros con los chicos. Había papás trabajando a la par nuestra. Son los voluntarios, los colaboradores de siempre, y hay papás que dan talleres con nosotros. No es fácil de llevar sinceramente, pero se logra, se puede lograr y hay que tener mucha paciencia. La gente tiene que aprender las cosas, no se puede imponer o dirigir de una manera drástica, tenés que enseñar y si vos no enseñas nadie aprende, es muy difícil todo. La convivencia, las relaciones humanas es lo más difícil de todos los trabajos. Tiene que aprender a compartir a resignar cosas. No siempre los chicos son los primeros en todo, algunos tienen que dejar su lugarcito.
“Tenemos 22 chicos insertos en distintas empresas y hay ya empresas de primera línea que quieren captar a chicos para trabajar. Sinceramente estoy un poco asustada porque hay muchos chicos para trabajar y muchos pedidos. Esto hay que hacerlo muy lento. Hay que analizar cada uno, su gusto, su perfil, ver si va con el perfil de la empresa, ver a dónde ubicamos a los jóvenes. No voy a poner a ningún joven en algún lugar que no conozco donde no sé cómo va ser tratado. Hay que preservarlos primero a ellos, hay que estar muy atento con las familias. Es un trabajo en conjunto con las empresas, las familias y nosotros”, expresó muy alegre.