Víctor Iermito contó detalles de su trabajo, su trayectoria y del encargo del regalo protocolar del presidente francés a su par argentino. “Recibí un mensaje en el contestador. El señor Emmanuel Macron quería regalarle una guitarra a Alberto Fernández y que estaban interesados en mis guitarras ecorresponsables”, explicó.

La gira presidencial por España, Alemania y Francia dejó acuerdos, reuniones, apoyos y apretones de manos. También una postal descontracturada y cordial: fue el momento en que el presidente francés, Emmanuel Macron, le regaló a Alberto Fernández una guitarra.

No fue un instrumento del montón, sino una guitarra ecorresponsable encargada directamente por el gobierno francés al luthier Víctor Iermito, un argentino que vive en París desde 2008 y quien en entrevista con Télam contó detalles de su trabajo y de cómo fue el encargo del regalo protocolar.

“Recibí un mensaje en el contestador del teléfono del taller que decía que el señor Emmanuel Macron quería regalarle una guitarra a Alberto Fernández y que estaban interesados en mis guitarras ecorresponsables. Así que devolví la llamada y después fue todo por mail”, contó desde su taller en la capital francesa.

Télam: ¿Qué tipo de guitarra hiciste para Alberto Fernández?

Víctor Iermito: Las guitarras que yo hago llevan entre 3 y 4 meses de trabajo y como me llamaron con poca anticipación era imposible hacer una especial, aunque me hubiese encantado. Así que les envié un catálogo con 3 guitarras y 1 guitarrón, que son parte del proyecto “guitarra ecorresponsable”, y eligieron la de guayubirá con tapa de pino abeto y diapasón de wengué.

T:¿Cómo es una guitarra ecorresponsable?

V. I: Está hecha con maderas que no están en peligro de extinción. Tradicionalmente se usa en todo el mundo Palo Santo pero está en peligro por la sobreexplotación, sobre todo por los muebles de lujo. Lo que yo propongo es usar otros tipos de maderas, no tan conocidas, pero que dan buen resultado. Además no uso barnices sintéticos modernos sino goma laca, el barniz más antiguo y tradicional para madera.

T: ¿Sabías que el presidente argentino tocaba la guitarra?

V.I: Sí, lo sabía a través de conocidos y que hasta compuso una canción.

T: ¿Le enviaste algún mensaje a Alberto Fernández?

V.I: Escribí una carta para Macron y una para Fernández, las dos en francés y español, que fueron junto con la guitarra y ya me confirmaron que las recibieron.

T: ¿Cómo llegaron a vos desde el gobierno francés?

V.I: En 2017 gané la beca de la Fondation Banque Populaire para Artesanos de Arte
(http://www.fondationbanquepopulaire.fr/portrait/victor-iermito/). También ese año obtuve el LABEl “Fabriqué à Paris“ otorgado por la municipalidad de París y el tercer premio como favorito del público parisino.

T: ¿Para qué artistas o grupos has trabajado?

V.I: Aquí en Francia tocan con mis guitarras varios guitarristas argentinos como Raúl Maldonado y Tomas Bordalejo, y la francesa Floriane Charles, que toca tango y participó varias veces en el festival Guitarras del Mundo. En Argentina empezamos hace poco una colaboración con el director de orquestas Pablo Quinteros a través de la Agrupación Guitarra Concertante.
También han pasado por mi taller a probar guitarras grandes maestros como Juan Falú, Carlos Moscardini Victor Villadangos, Rudi Flores, Peteco Carabajal y Agustín Luna, entre muchos otros

La historia de Víctor, de Munro a Francia

La trayectoria de Víctor como luthier empieza desde muy chico, con su abuelo herrero y su padre carpintero. “Nací entre talleres y herramientas”, afirmó.

Oriundo de Munro, en la zona norte del conurbano bonaerense, en el segundo año de secundaria descubrió las guitarras y se enamoró de ellas, iniciando una relación que duraría hasta hoy, a través de sus grandes maestros: Mirta Pepe en guitarra y Raúl Leiva en luthería.

En 2003 se recibió como profesor de educación inicial y cree que llegó a ser “el primer hombre en trabajar en un jardín público de la provincia de Buenos Aires como maestro de sala en Florida, Vicente López entre 2007 y 2008, pero no puedo confirmarlo”, sostuvo, con una sonrisa.

En 2008 ya se radicó en Francia y si bien al principio tuvo distintos trabajos, logró abrir su primer taller el cual, según Víctor, “era un sótano sin luz natural y con el cielo raso a 3 centímetros de mi cabeza y me permitió empezar con los primeros arreglos”.

Como luthier siempre trabajó solo, aunque hizo algunas colaboraciones con una boutique de renombre internacional, La Guitarrería de París, donde hoy se venden sus guitarras. En 2016 finalmente abrió su taller actual.


Télam (Ana Guisado)