Los lapachos rosados son un colorido espectáculo en distintos barrios, avenidas y plazas de las calles zarateñas.
Están distribuidos de manera poco uniforme en veredas de algunas calles como la Avenida Anta, y plazas como los de la cuadra de la calle Pinto en Plaza Italia; estos árboles comienzan a mostrarse anticipando la primavera y dándole color a la ciudad.
Entre las tonalidades que pueden presentar estos árboles, de la familia de las bignoniáceas, se cuentan la amarilla -abundante en Brasil- y la blanca -variedad albina de la rosada-.
Llamado en terminología científica “Handroanthus impetiginosus”, es un árbol fácilmente observable en las selvas de yungas del noroeste argentino.