Las canciones tristes contienen el doble de solos

Hablamos de música: un estudio relaciona las características de los solos con los sentimientos y emociones que transmiten.

La música tiene la capacidad de llevar al espíritu de la alegría al desasosiego y la desesperación. Saca a la luz los sentimientos más profundos de una persona y es capaz de evocar escenarios dispares con unos cuantos acordes. Es común ver cómo los espectadores de un concierto buscan entre sollozos un pañuelo con el que calmar su alma, pero los detalles de cómo están conectadas la interpretación de la pieza musical y las emociones aún resultan un misterio. Un nuevo estudio señala algunas de las maneras en las que un compositor podría provocar tristeza intencionalmente con sus obras.

El solista, según apunta la investigación liderada por Niels Chr. Hansen de la Universidad Estatal de Ohio, parece ser una figura clave en las canciones que encogen nuestras gargantas y nos hacen buscar un pañuelo en mitad de la actuación.

Uno de los ejemplos expuestos en el estudio para entender el poder emocional de un solo es la pieza de ‘La lista de Schindler’ de John Williams, con su solo de violín y cuerno inglés. La música popular utiliza la misma técnica para conseguir los mismos efectos, como pasa en el solo de guitarra interpretado por el músico Prince en ‘While my guitar gently weeps’ de The Beatles.


Un solo instrumental transmite sentimientos de aislamiento y soledad, por lo que afectan más al ánimo de quienes lo escuchan.


El estudio concluye que, dentro de los muchos motivos que los compositores tienen para incluir un solo en su obra o elegir qué instrumentos interpretarán cada parte, el provocar un sentimiento de tristeza puede ser uno de ellos. “Los compositores tienen todos los colores del arco iris musical a su alcance y es interesante estudiar cómo y por qué eligen unos y otros”, afirma Hansen.

Fuente: Muy Interesante