Estuvo muy cerca de tocar la gloria con las manos. Sólo cuatro puntos para conseguir el anhelo de poder gritar campeón. Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada a CADU-ORO y lo dejó en la puerta de alcanzar lo que nunca pudo concretar la franquicia desde su creación, que es ganar el Torneo Oficial de Primera División. De todas maneras, lo hecho por Defensores Unidos, no fue malo. Todo lo contrario. Terminó siendo subcampeón y fue el único que puso en jaque el reinado que sigue teniendo Presidente Derqui con la Primera División en la ABZC, al obtener el bicampeonato. A pesar de las irregularidades que mostraron ambos en la fase regular, a la larga la lógica volvió a decir presente en el básquet y los dos equipos que tenían las máximas figuras (Tabárez por Derqui y Lisandro Rasio por CADU), fueron los que definieron la Final Four (a pesar que eso quedó resuelto de antemano, ya que se enfrentaron en la primera jornada).
De todas maneras, a CADU le quedó una sensación agridulce, ya que no pudo luchar con todas sus armas en la Final Four, debido a las importantes lesiones de Francisco Rasio y Cristian Devoto, dos de los perimetrales más desequilibrantes (junto con Pascolatt), que disminuyeron bastante el potencial ofensivo del “celeste” y además que redujeron mucho la escasa rotación que ya tenía el elenco dirigido por Rubén Rasio. Quizás si CADU hubiese llegado en buenas condiciones físicas, pudiese haber vencido a Derqui. Algo que nunca se sabrá, pero que en definitiva le dejó esa sensación de haber cumplido con el rol de gran candidato que tenía desde un principio y también de estar a la altura del campeón a pesar que las lesiones no lo dejaron pelear de igual a igual.