POLITICA: LAS UTE ELECTORALES

Por Eduardo Rivas – Terminó la campaña electoral y con ella la exposición pública de las UTE, las Uniones Transitorias de Empresas en las que se han convertido las alianzas electorales en los últimos años. Borges diría que no los une el amor sino el espanto, y algo de eso hay porque el leit motiv de la mayoría de ellas era la oposición a su principal rival, ya sea para criticar lo que se hace o para que no vengan los que no están porque cuando estuvieron en otros lados, uf, la que hicieron… pero no hay debate de propuestas concretas.

Y decimos que son Uniones Transitorias de Empresas y no frentes electorales porque tal como se reseña en la página del Sistema Argentino de Información Jurídica (http://www.saij.gob.ar/doctrina/daoc050040-cerutti-contratos_colaboracion_empresaria_necesidad.htm) ‘las uniones transitorias de empresas tienen por finalidad el “desarrollo o ejecución de una obra, servicio o suministro concreto […] pudiendo desarrollar o ejecutar las obras y servicios complementarios y accesorios del objeto principal”. A diferencia de la agrupación de colaboración, las uniones transitorias de empresas, caracterizadas por su transitoriedad y especificidad, aunque no persiga ánimo de lucro para sí misma, procura resultados especulativos para sus miembros por lo que el contrato deberá establecer la proporción (pro-cuota) de participación en la distribución de los mismos’.

Y esta realidad es bastante clara, puesto que ni el Frente de Todos ni Juntos tienen funcionamiento como tales sino que son meros amontonamientos para poder tener mayores posibilidades de acceder a un puesto pero sin proyectos concretos en común. El ejemplo más claro de eso es que si bien comparten una lista, al momento de ingresar participan en bloques diferenciados porque eso posibilita un mayor y mejor acceso a una porcioncita de torta para el funcionamiento administrativo y el nombramiento de personal y una silla a la hora de sentarse a ‘negociar’, lo que alimenta el ego de quienes se creen importantes por tener un título.

Es evidente entonces que la unión transitoria bajo un mismo signo político en una misma boleta solo tiene que ver con maximizar las posibilidades de resultar electos y baste ver la campaña electoral local de los principales contendientes para corroborar lo dicho.

La campaña ‘oficial’ de Juntos se monta sobre la lógica provincial e incluye a Facundo Manes, candidato a tercer diputado nacional, con el objetivo de mostrar pluralidad de ideas y procurando contener al electorado radical que no lleva un candidato ‘propio’ al frente de la boleta y que no fue la opción más elegida en las PASO.

Sin embargo esta lógica no fue reproducida a nivel local, donde la campaña se focalizó en su primer candidato, Marcelo Matzkin, y en algunos casos al tercero, Alejandro Cracco, gracias al grado de exposición pública que tuvo en el último tiempo en base a su desempeño profesional.

No colaboraba mucho con la cuestión el que de los 22 candidatos 21 fueran del mismo sector y solo se haya incorporado el quinto candidato a concejal titular, Norberto Toncovich, de uno de los otros tres sectores que participaron de las PASO. Entonces Toncovich inició su propia campaña electoral en la que sigue la misma lógica oficial, pero poniéndose él reemplazando a Matzkin.

A tal punto es amateur esta campaña que ni siquiera se utiliza la misma tipografía para los candidatos provinciales y locales y, además, curiosamente, se promociona al primer y al quinto candidato a concejal. Y quienes están entre ambos, bien gracias. Esta es, quizás, la más clara exposición de UTE del frente opositor, esta campaña no es para los votantes de Juntos sino para los radicales, es la forma que encontró Toncovich para promover su candidatura y pedir el voto de los radicales para intentar llegar al Concejo Deliberante, el domingo veremos si sirvió. El detalle que tras haber cambiado los colores que decoren el nombre del frente para hacer una transición entre el rojo del Radicalismo y el amarillo del PRO, y que Toncovih haya quedado identificado sobre el amarillo demuestra el poco criterio aplicado en la configuración de la pieza de campaña.

Pero en el Frente de Todos la realidad no es muy diferente. Aquí también se observan diferentes campañas, como una suerte de menú en el que el votante pueda referenciarse en la campaña que más le guste aunque con algunos detalles que la hacen más particular que la de Juntos.

El Intendente se puso al frente de la campaña local y promociona a los dos primeros candidatos de la lista en una suerte de mensaje celestial del más allá que motiva el voto a su fuerza. Más que una presentación de candidatos parece la previa de una celebración a Iemanja.

Resulta curioso que quienes ponen en juego seis bancas en el Concejo Deliberante solo hagan campaña con los dos primeros candidatos, realidad que es más inverosímil si se tiene en cuenta que en un Frente tan amplio resultaría útil el poder incluir en el mensaje la mayor cantidad de opciones posible para que más electores se sientan referenciados.

Curiosamente, o no, los candidatos que se publicitan son Aldo Morino, del propio partido del Intendente Cáffaro, y Vanesa Palermo, quien cuatro años atrás ingresó al Concejo Deliberante por la ventana en un hecho nunca aclarado tras la licencia pedida por Mauro Tulia, quien estuvo de licencia 44 de los 48 meses de su mandato como concejal del Partido de Zárate.

Palermo es la representante sindical que el caffarismo expone como ejemplo de la alianza que mantiene con algunos gremios locales, y se excluyó, deliberadamente, a quienes siguen en la nómina, los representantes del Partido Justicialista local, quienes encontraron, al igual que Toncovich, su forma de promocionarse.

Sin el resto de los candidatos locales, e incorporando a la primera candidata a Diputada Nacional por el sector, Leandro Matilla y Mónica Cabeza hacen su propia campaña electoral. ¿Es esto un indicio de la constitución de bloques diferenciados en el Concejo Deliberante?

Pero curiosamente ni Cáffaro ni el PJ hacen campaña por las candidatas locales a Diputadas Nacionales. Ni Agustina Propato ni Micaela Morán aparecen en propaganda alguna, ¿Seguirán de candidatas? ¿Ya resolvieron su situación en base a los ‘resultados especulativos para sus miembros por lo que el contrato deberá establecer la proporción (pro-cuota) de participación en la distribución de los mismos’?

Cáffaro hace campaña sin el peronismo, el peronismo hace campaña sin Cáffaro. La UTE está más vigente que nunca y con fecha de vencimiento, porque con la elección de 2023 a la vuelta de la esquina sin la candidatura a Intendente de Osvaldo Cáffaro por primera vez en veinte años, como por primera vez el oficialismo tuvo que contratar una empresa para el doblado y ensobrado de las boletas con las cuales fomentan el voto en su favor. Terciarizaron la campaña.

Y todas ellas, las de Juntos y las del frente de Todos se basan en personas. No en propuestas, ni siquiera en fuerzas electorales que den contención y marco al accionar futuro de los representantes, no, se basa en personas. En individuos (e individuas, según Elasel) representantes de sectores que se unen para configurar alianzas ‘caracterizadas por su transitoriedad y especificidad, aunque no persiga ánimo de lucro para sí misma, procura resultados especulativos para sus miembros por lo que el contrato deberá establecer la proporción (pro-cuota) de participación en la distribución de los mismos’.

De los ciudadanos depende el avalar esta forma de construcción política basada en acuerdos en pos de negocios, que no se limita tan solo a los ejemplos mencionados, o recrear otra forma de hacer política que se sustente en el objetivo de cambiar la vida de los representados… y no de los representantes.

Estamos en veda electoral y no se puede pedir el voto en favor de ningún candidato, pero se puede y (y debe) hablar de política porque como dice el Raly, política hacemos todos a caminar.

Hablemos de política.

Hagamos política.

Política, no negocios ni negociados.

Política.