La medida se tomó porque la etiqueta del producto confundía al consumidor, no dejando en claro que no se trata de leche tradicional sino de un “alimento a base de leche entera y concentrado lácteo”.
El operativo se desarrolló tras la denuncia del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), que sostenía que el producto señalado “no cumplía con los principios generales de rotulado, ya que se utilizaban en su etiqueta vocablos en su denominación que podrían inducir al consumidor a una confusión o un error al momento de la compra en góndola. Esto es, se presentaba al producto como leche, pero la etiqueta no sostenía lo mismo”.
La escasez de sachets de leche en los supermercados y la aparición de segundas marcas que ofrecían productos “a base de leche” generó revuelo e indignación en las redes sociales, que marcaban la falta de información acerca de que los productos no especificaban su verdadero origen.
En el medio de la polémica, el vicepresidente de la empresa La Suipachense, Claudio Rafaniello, explicó que se trataba de “una opción” más económica para que los consumidores puedan satisfacer la necesidad de comprar leche, sin tener que pagar los elevados precios del mercado.
Además, contó que la “alternativa” lleva casi un año en el marcado y aseguró que no es un producto “rebajado con agua”. “Lo que se buscó fue brindarle al consumidor un producto más económico, con sabor, funcionalidad y un perfil nutricional similar al de la leche convencional”.
Fuente: DIB