Arne Roel Jorgensen fue uno de ellos: fue separado de sus padres y enviado al Godhavn Boys Home, un orfanato para niños en el noreste de Dinamarca. Entonces comenzó la pesadilla que le dejaría cicatrices para toda la vida.
Un informe oficial de 2011, denominado Godhavn Report, denunció que en el periodo comprendido entre 1945 y 1976 decenas de niños (huérfanos o cuyos padres no se podían hacer cargo de ellos) de 19 casas para menores sin amparo administradas por el Estado fueron sometidos a abusos sexuales, físicos y psicológicos e incluso drogados durante más de dos décadas.
Jorgensen, ahora de 68 años, le contó a la BBC cómo los tratos que recibieron en la infancia les arruinaron la vida a muchos: el alcohol, las drogas, la pérdida de trabajos y los matrimonios fallidos les pasaron factura, dice.
Desde que el caso salió a la luz pública hace más de una década, los sobrevivientes de estos orfanatos pidieron que Dinamarca acepte que lo sucedido fue responsabilidad del Estado.
Finalmente, este martes la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, pidió oficialmente disculpas a las víctimas que sufrieron abusos en hogares administrados por el estado. “Me gustaría mirar a todos a los ojos y pedir perdón. No puedo asumir la culpa, pero puedo asumir la responsabilidad”, les dijo.
Muchos de los presentes lloraron cuando Frederiksen recordó que los niños habían sido separados de sus padres y que, en lugar de apoyo y afecto, recibieron humillación y abusos.
“La disculpa lo es todo. Todo lo que queríamos era tranquilidad”, asegura Jorgensen, quien descubrió hace tres años que padecía un trastorno de estrés postraumático debido a lo que había sufrido en su infancia.
“Muchos de nosotros tuvimos matrimonios fallidos y no aprendimos a actuar en sociedad porque nadie nos lo enseñó. Ahora tengo 68 años y definitivamente sigo viviendo con los efectos”, afirma.
Fuente: BBC