La histórica misión Polaris Dawn logró que personas que pagaron para viajar al espacio salieran de la cápsula por intervalos de 15 minutos. Para la compañía de Elon Musk, fue un paso importantísimo con vistas a viajes a Marte y otros lejanos destinos.
“La caminata espacial de Polaris Dawn ha concluido”. Así anunció, con alegría, SpaceX en su cuenta de X la consumación de un nuevo logro para la compañía de Elon Musk: la primera caminata espacial realizada por astronautas no profesionales o “turistas”, es decir, personas comunes que pagaron una pequeña fortuna para poder ir al espacio.
La actividad extravehicular (EVA) comenzó oficialmente a las 10.12 GMT (7.12 horas de Argentina), cuando el oxígeno comenzó a ingresar en los trajes de los astronautas. El empresario de tecnología Jared Isaacman y su equipo esperaron a que su cápsula se despresurizara antes de abrir la escotilla. Isaacman fue el primero en salir y se unió de esa manera a un pequeño grupo de élite de personas que habían realizado paseos espaciales, y que hasta ahora sólo incluía a astronautas profesionales de una docena de países.
Más lejos que nadie
La misión Polaris Dawn, que despegó el martes desde Cabo Cañaveral (Florida), superó ayer miércoles los 1.400 kilómetros de distancia de la Tierra, el viaje tripulado más lejano desde las misiones Apolo hace más de 50 años. La órbita se redujo a la mitad, a 737 kilómetros para la salida.
La caminata fue la pieza principal de un vuelo de cinco días financiado por Isaacman y la compañía de Elon Musk, y culminaba años de desarrollo con vistas a colonizar Marte y otros planetas.
La prueba espacial, que duró poco menos de dos horas, implicó más estiramientos que “pasos”. El plan indicaba que Isaacman saliera de la cápsula pero manteniendo un pie o mano en contacto con la nave en todo momento, mientras flexionaba brazos y piernas para ver cómo aguantaba el nuevo traje espacial.
Tras unos 15 minutos en el exterior, Isaacman fue sustituido por la ingeniera de SpaceX Sarah Gillis para seguir los mismos pasos. Ambos siguieron turnos de aproximadamente 15 minutos durante dos horas.
Al finalizar la misión, Elon Musk los saludó via X: “¡Felicitaciones al equipo Dragon de SpaceX, a Jared Isaacman y a la tripulación de Polaris!”.
Dentro de la cápsula
Antes de que se abrieran las compuertas, los cuatro astronautas de la misión revisaron cuidadosamente sus trajes, que incluyen mejoras para proteger a los astronautas frente a la radiación y al ambiente térmico extremo del espacio, para comprobar que no había ninguna fuga.
Aunque solo dos de ellos hicieron la caminata, los cuatro miembros de la tripulación vistieron los trajes presurizados y equipados con cámaras, ya que Dragon no cuenta con esclusas de aire y, por tanto, la cápsula en su totalidad fue despresurizada antes de abrir la compuerta para la caminata.
Scott “Kidd” Poteet, expiloto de Thunderbird en la Fuerza Aérea estadounidense, y la ingeniera de Space X Anna Menon se quedaron sujetos a sus asientos para supervisar desde el interior.
Cada uno contaba con cables de 3,6 metros que les unían a la nave, pero no tenían intención de desplegarlos o colgar de su extremo, a diferencia de lo que ocurre en la Estación Espacial Internacional, donde los astronautas suelen flotar fuera para hacer reparaciones a una órbita mucho más baja.
Planificación al detalle
La operación del jueves se había planificado al detalle, con poco margen para el error. Probar nuevos trajes espaciales y desde una nave nueva para las caminatas espaciales aumentaba el riesgo. También el hecho de que toda la cápsula quedara expuesta al vacío del espacio.
Isaacman, de 41 años, director general y fundador de la compañía de procesamiento de tarjetas de crédito Shift4, declinó revelar cuánto invirtió en el vuelo. Se trata del primero de tres vuelos de un programa llamado Polaris, con el apodo de Polaris Dawn para la primera misión. El primer vuelo privado de SpaceX en 2021 llevó a ganadores de un concurso y a una sobreviviente de cáncer.
Hasta este jueves, solo 263 personas de 12 países realizaron una caminata espacial. El primero fue Alexei Leonov, de la Unión Soviética, que lo hizo en 1965, seguido unos meses más tarde por el estadounidense Ed White. (DIB) MM