La producción se destina a todas las cárceles o alcaidías. Se distribuye entre el personal penitenciario que mantiene contacto con los detenidos y los profesionales de la Salud que trabajan en contexto de encierro. También para los internos que por alguna razón de urgencia deban salir de los penales. En la Unidad 8 de Los Hornos ya elaboraron casi 1.500 kits sanitarios con tapabocas, camisolines y cofias

Como medida de prevención para que no ingrese el coronavirus en las cárceles o alcaidías de la provincia de Buenos Aires se lleva adelante una producción de barbijos, camisolines y cofias en 12 talleres textiles ubicados en distintos penales que luego son distribuidos entre el personal penitenciario que mantiene contacto con los detenidos, los profesionales de la salud y los privados de libertad que por alguna razón de urgencia deban salir del establecimiento penitenciario.

Se trata de un emprendimiento que arrancó el mes pasado como respuesta al plan de contingencia que se elaboró desde la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense y que busca evitar el ingreso y propagación del COVID-19 en los centros de detención.

Así es que en 32 días de trabajo, 92 internos que fueron previamente capacitados elaboraron 85.000 barbijos en talleres textiles instalados en las Unidades 1 Olmos, 6 Dolores, 7 y 52 Azul, 8 Los Hornos, 9 La Plata, 13 Junín, 19 Saavedra, 38 Sierra Chica, 41 Campana, 46 San Martín y 51 Magdalena.

La materia prima fue adquirida por la Dirección General de Administración y luego de la provisión de 55 máquinas de coser y bajo estrictas normas de bioseguridad, los privados de libertad comenzaron con la elaboración de los elementos.

Los barbijos se realizan con tela de friselina de 60 y 70, doble capa, que cuenta con la certificación de bioseguridad evaluada por Salud Penitenciaria.

El jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, Xavier Areses, contó que se seleccionaron los talleres textiles de una manera estratégica, para que la producción pueda ser distribuida con celeridad en las cárceles o alcaidías aledañas.

De acuerdo a lo establecido, la producción de la Unidad 1 Olmos es para ese penal y para las Unidades 22, 25 y 26 Olmos, la 23, 24, 31, 32, 42 y 54 Florencio Varela y para la Dirección Provincial de Salud Penitenciaria.

Desde la Unidad 6 Dolores se abastece a ese propio penal y los tres de Batán: 15, 44 y 50. Desde las Unidades 7 y 52 Azul se  autoabastecen y distribuyen barbijos para los dos penales de General Alvear, las Unidades 14 y 30, y para la 37 Bárker.

En la Unidad 8, una cárcel de mujeres situada en el barrio platense de Los Hornos, ya se produjeron 1.486 kits sanitarios con barbijos, camisolines y cofias para la Dirección de Salud Penitenciaria.

En la Unidad 9 La Plata se producen barbijos para ese penal y las Unidades 10, 34 y 45 Melchor Romero, 12 y 18 Gorina y 33 Los Hornos.

En el sur de la provincia de Buenos Aires, desde la Unidad 19 Saavedra se elaboran tapabocas para ese penal y las Unidades 4 Bahía Blanca y 20 Trenque Lauquen. Mientras que las Unidades 21, 41 y 57 que conforman el Complejo Penitenciario Campana, y para la Alcaidía de esa localidad la confección de los elementos de protección se llevan a cabo en la Unidad 41.

Para los tres penales de Sierra Chica, es decir, las Unidades 2, 27 y 38, la producción de barbijos se hace en ésta última. Y desde la Unidad 46 San Martín, se producen tapabocas para ese penal, para Las Unidades 47 y 48 y la Alcaidía de San Martín, para la Alcaidía 53 de Malvinas Argentinas y para los penales 39 Ituzaingó, 40 Lomas de Zamora, 43 La Matanza y 56 Virrey del Pino.

Finalmente, desde las Unidades productivas 51 Magdalena y 13 Junín se autoabastecen, y, desde la primera se envían barbijos a las Unidades 28, 35 y 36 Magdalena y desde la segunda a las Unidades 16 y 49 Junín, 3 San Nicolás, 5 Mercedes y 11 Baradero,
Areses destacó que esta labor se pudo llevar a cabo gracias a la supervisión y el esfuerzo de la Dirección General de Asistencia y Tratamiento, la Subdirección General de Trabajo, los directores de las Unidades y los Jefes de Talleres de los penales.

Cabe destacar que por fuera de esta experiencia productiva coordinada en estos 12 centros productivos, conviven otras significativas experiencias solidarias desarrolladas en otras cárceles de la Provincia en las que internos producen tapabocas para hospitales, fuerzas de seguridad o hasta para personas en situación de calle.