Septiembre es el Mes Mundial del Alzheimer y, en ese marco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a los gobiernos a “actuar” y a informar a la población, para que no se “naturalice” la demencia.
“Teniendo en cuenta que se espera que el número de personas con demencia prácticamente se triplique de aquí al 2050, es más importante que nunca combatir el estigma que rodea a la demencia y promover una mejor comprensión de esta enfermedad, trabajando juntos para reducir el impacto de la demencia sobre las personas afectadas, las familias y la sociedad en su conjunto. ¡Es hora de actuar por la demencia!”, subraya la OMS en su campaña 2024.
La intención de la entidad es que los gobiernos y poblaciones puedan hacer frente a la estigmatización y la información errónea que rodean a esta enfermedad para tomarla con seriedad, saber sus alcances y poder actuar.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se estima que hay 10,3 millones de personas que viven con demencia en toda la Región de las Américas.
La demencia es un término que engloba varias enfermedades que afectan a la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común y representa entre un 60% y un 70% de los casos. Otras formas incluyen demencia vascular, demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que contribuyen a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del cerebro).
Cualquiera de estas afecciones o lesiones cerebrales que generan demencia empeoran con el tiempo. Afecta principalmente a las personas mayores, pero es importante subrayar que no todas las personas la padecerán como consecuencia del envejecimiento. Así, hay que desmitificar el paso del tiempo como deterioro cognitivo grave. No son sinónimos.
Acciones y tratamientos
Si bien no hay ningún tratamiento para prevenir la demencia o curarla, hay muchas acciones que pueden llevarse a cabo para apoyar tanto a las personas que viven con la enfermedad como a quienes las cuidan.
Claves para mantener la calidad de vida y mejorar el bienestar de las personas con demencia:
- Realizar actividad física;
- Participar en actividades e interacciones sociales que estimulen el cerebro y mantengan su actividad diaria;
- Acceder a algunos fármacos indicados por profesionales que pueden ayudar a controlar los síntomas.
Aunque la edad es el factor de riesgo de demencia más conocido, la enfermedad no es una consecuencia inevitable del envejecimiento biológico. Los estudios demuestran que se puede reducir el riesgo de padecer deterioro cognitivo y demencia haciendo ejercicio con regularidad, no fumando, evitando el consumo nocivo de alcohol, controlando el peso, siguiendo una dieta saludable y manteniendo una tensión arterial y unos niveles de colesterol y de glucemia adecuados.
Otros factores de riesgo adicionales incluyen la depresión, el aislamiento social, el bajo nivel educativo, la inactividad cognitiva y la contaminación atmosférica.